El papa Juan Pablo II pidió el pasado viernes a los católicos que luchen contra la pobreza y el hambre, sobre todo en los países menos desarrollados, en ocasión del año Eucarístico que se celebra este mes.
El pedido lo hizo en una carta apostólica dirigida a las comunidades cristianas en la que las invita a “comprometerse a luchar contra la pobreza, el hambre y las enfermedades, en particular, en países en vías de desarrollo”.
El documento constituye una suerte de “guía” para la Iglesia Católica durante el año Eucarístico que decretó Juan Pablo II, y que se inaugurará el 17 de octubre con una misa en la basílica de San Pedro.
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Recuerda también “a los ancianos, desempleados e inmigrantes” como los más afectados por el sufrimiento.
La carta apostólica, que lleva el título de Mane Nobiscum Domine (Quédate con nosotros Señor), es la cuarta escrita por Juan Pablo II, de 84 años.
Con el nuevo documento oficial el Papa festeja sus 26 años de pontificado, que se cumplirán el próximo 16 de octubre. En la carta apostólica hace un análisis de las condiciones del mundo al surgir el nuevo milenio e invita a los católicos a marcar las propias acciones con espiritualidad.
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“La imagen sufrida de nuestro mundo al inicio del nuevo milenio asediado por el fantasma del terrorismo y la tragedia de la guerra” debe representar un llamado para que los cristianos se acerquen al sacramento de la eucaristía.
“No me hacía ilusiones de que el simple paso cronológico del siglo, aunque sugestivo, implicara cambios grandes”, escribe el Papa.
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En su análisis, el Pontífice considera que los “hechos se han encargado de poner en evidencia una suerte de cruda continuidad con respecto a eventos precedentes (..) delineándose un escenario que si bien tiene perspectivas prometedoras, deja entrever sombras de violencia que terminan por entristecernos”.