La expresión conocida “zapatero a tus zapatos” me viene a la memoria en estos momentos de elecciones en que se ha lanzado como candidatos para alcaldes, prefectos, consejeros y concejales a locutores, animadores de televisión, reporteros, cantantes, ex reinas de belleza.

No estoy en contra de eso. La Constitución consagra el derecho a elegir y ser elegidos, ni dudo de la capacidad de muchos de ellos en el campo en que se desenvuelvan, pero, ¿por qué los partidos y movimientos políticos recurren a esas personas para auspiciarlas en las elecciones?

Es que los partidos no han renovado sus cuadros dirigenciales desde hace tiempo; el cacicazgo político es un hecho que no admite discusión. Todo esto ha ocasionado que no aparezcan renovadas figuras en la política nacional con nuevas propuestas de querer servir al país.

Publicidad

En cambio, los movimientos independientes carentes de estructura partidista y sin fondo económico necesario no permiten candidatizar a jóvenes y promisorios elementos que aún sin la experiencia del caso podrían captar en su momento el voto del electorado.

El mercadeo político ha soslayado otros aspectos importantes que deberíamos tomar en cuenta al votar. Los medios televisivos y radiales bombardean durante el tiempo de campaña con imágenes de candidatos como si vendieran algún producto, sin importar el contenido, solo la forma. Así nos dejamos llevar por propagandas y terminamos votando por el incapaz de cara bonita o comprado para dar la cara en las elecciones y luego ignorado si llega a ser elegido.

Los periodistas lanzados a la aventura política deberían considerar que su labor de informar siempre con la verdad es loable para la comunidad y que no se dejen engañar por cantos de sirenas.

Publicidad

Ab. Jack Patricio Vera Pozo
Guayaquil

Ahora que estamos en época de elecciones vale la pena reflexionar en cuántas otras han pasado y en las tantas promesas hechas a nuestra sufrida y aguantadora gente.

Publicidad

Gente que se deja convencer por el lenguaje bonito, la promesa desgarradora, una camiseta, una cerveza, unos cuantos centavos que al siguiente día de las elecciones desaparecerán hasta la próxima ronda.

Gente que tiene el corazón tan grande y la memoria tan pequeña que siempre perdona y olvida.

Como está a la moda hablar tanto de corrupción y las medidas de anticorrupción, yo quiero proponer unas cuantas para solucionar la situación de la corrupción que siempre trae pobreza, miseria; pero no de todos, sino solo de los que creen fácilmente, los que después de dar el voto siguen siendo marginados.

Por ejemplo, una forma fácil de combatir el mal que tanto daño nos hace sería que nuestro Congreso derogue la antidemocrática ley de que todo el mundo tiene que votar. Si estamos obligados a votar, entonces esto no es democracia; que ese papel que todos recibimos sea motivo de orgullo y no una obligación por necesidad de tenerlo cuando hacemos alguna gestión.

Publicidad

De eso es lo que los politiqueros se aprovechan para embaucar a tanta gente para quienes el concepto de patria ya no existe, sino la obligación de la necesidad; si votas por fulano o sutano tendrás un puesto en compañías que están politizadas.

Estoy todavía pensando qué hacer con mi voto, porque me dolería desperdiciarlo.
Graciela Guerrero Solano
Guayaquil

En esta campaña que está por culminar, los candidatos a las diversas dignidades han repartido las tradicionales camisetas, gorras, afiches; en el campo hay quienes entregan racimos de verde, pescados; otros, panes debajo de un puente...

Unos reparten fósforos para encender la ciudad cuando sus partidos sean eliminados y otros cerebralmente distribuyen tablas con las cuatro operaciones aritméticas fundamentales.

Pero ninguno de los postulantes nos ha mostrado la declaración de sus bienes, aunque algunos pensarán “cuando gane me cuadro, compro una nueva casa, un auto último modelo, mando de viaje a mi familia”...

Es bueno recordarles a todos los candidatos: si van a la función pública es para servir, no para servirse ni enriquecerse a costa de otros. El dinero mal ganado trae desgracias.

Mayra Camposano Costa
Guayaquil
Mis dos primeras hijas, ya mayores de edad, tendrán sus primeras experiencias en cuanto a sufragar se refiere. Se encuentran emocionadas y decepcionadas.
Emocionadas porque van a votar y ya sienten ser adultas, van a ejercer un derecho de todo ciudadano, y decepcionadas por ver los candidatos que se postulan a diversas dignidades.

Ellas me decían: “Papi, falta que a payasitos les permitan ser candidatos”, y realmente no he sabido qué responderles, pero sí he sabido la clase de ejemplo que se le da a la juventud con la inconsciencia de ciertos partidos políticos al escoger a sus representantes, que a futuro serán nuestros representantes.

¿Realmente habrá la suficiente capacidad intelectual y política en ellos para poder ejercer un cargo público?

Eduardo Coello Valdiviezo
Guayaquil

La tarea vital que deben desarrollar activamente quienes ganen la Alcaldía de Guayaquil y la Prefectura del Guayas es invertir más en seguridad que en cualquier otro aspecto, al menos por ahora.

Dicha falencia incide incluso en el poco interés de empresas nacionales y extranjeras de invertir en el desarrollo en estas localidades.

Lcdo. Luis Hurtado R.
Guayaquil

Por la popularidad que gozan artistas, deportistas, periodistas... es común verlos formar parte de las grandes filas que constituyen los grupos de candidatos políticos en épocas de campaña.

Personajes que en su oportunidad se ganaron la simpatía y respeto, por el buen desempeño en sus trascendentales oficios o profesiones. Los cantantes desde los escenarios con sus melodías alimentan el espíritu de quienes los ven y escuchan; están preparados para lograrlo, lo que quizás no conseguirán detrás del buró. Los deportistas honran y ponen en alto nivel el honor de todo un país, liderazgo que se podría perder frente a una actividad desconocida. Los periodistas permiten vivir la realidad de los acontecimientos; serán dignos de ejercer esta función aquellos que se apeguen a los principios de honestidad, verdad ética e imparcialidad, pero no los que incursionen en el ámbito político y regresan a los medios de comunicación con una actitud de aparente normalidad.

El Tribunal Supremo Electoral debe considerar en sus reglas ciertas condiciones mínimas de preparación para quienes ostenten un cargo por la vía del voto popular, lo cual permitirá una administración eficiente y sin improvisación; además se evitará la utilización con fines partidistas de personas que en sus actividades originales se han ganado el aprecio de estratos sociales.

Arq. Juan Morán Bohórquez
Guayaquil