Polémica ha causado la decisión del Tribunal Supremo Electoral, al adoptar el método imperial para la repartición de escaños de concejales y consejeros en estas elecciones, que por cierto, faltan muy pocos días para que se lleve a cabo este importante proceso electoral dentro de la vida democrática de nuestro país.

Los ecuatorianos nos preguntamos, ¿cabe la protesta de ciertos partidos políticos que se sienten perjudicados? Mi opinión es no, porque si tuvieran confianza en que el pueblo ecuatoriano los va a elegir mayoritariamente, no existiría razón de protestar.

La atomización del Congreso Nacional y la cantidad de diputados existentes (cien) es una de las principales causas para que en nuestro país reinen la inestabilidad, los arreglos bajo la mesa, las prebendas políticas, los pactos entre gallos y medianoche...

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Todo el Ecuador, a excepción de aquellos que están siendo beneficiados de este sistema (son muy pocos), estamos cansados de tantos escándalos y problemas dentro del acontecer nacional. Ya basta de peleas por cargos públicos, contratos, dinero en  general. Aprendamos a querer verdaderamente al pueblo que los eligió para gobernarnos, para que se canalicen bien nuestros recursos, para que se inviertan en obras de verdadera  necesidad, las mismas que levantan la autoestima y perfil humano de nuestra sociedad.

Con la elección de este método imperial tendremos más homogeneidad en las decisiones, menos peleas, más obras, etcétera. Pues, bien o mal, los más votados por decisión nacional, son aquellos que nos tienen que gobernar y no las minorías, que son aquellos políticos que solo buscan la oportunidad de formar más controversias, y de esto obtener beneficios personales por su voto (existen pocas excepciones en este grupo).

Con esta reflexión, los ecuatorianos debemos pensar y meditar muy bien a quién le entregaremos nuestro voto.

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Eco. Carlos Emanuel Intriago
Guayaquil

El debate sobre la repartición de escaños está candente. Los partidos políticos se esfuerzan por obtener la  hegemonía en las diferentes regiones del país, pero, ¿es eso realmente democracia?

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Es imposible hablar de democracia cuando lo que realmente existe es partidocracia.

La verdadera democracia se manifestaría cuando todas las provincias tuvieran el mismo número de diputados, cuando los consejos provinciales estuvieran conformados por un consejero representando a cada uno de los cantones de la provincia, y elegido por los conciudadanos de su cantón; cuando el concejo cantonal esté integrado por un representante de cada una de las parroquias urbana y rurales y por personas designadas por organismos representativos como artesanos, educadores, industriales, etcétera.

Así como cada cantón elige su alcalde y cada provincia su prefecto, deberíamos tener una Ley de Elecciones más equitativa y un sistema más democrático para la repartición de escaños.

Carlos Miranda Medina
Guayaquil

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