Soy una madre de familia, trabajo diariamente y tomo la línea de transporte número 68 para ir a la escuela de mis hijas y a mi trabajo, pero resulta que tanto los choferes como los cobradores o ayudantes, son abusivos con los estudiantes.

A mí, los choferes no me paran los buses porque llevo dos niñas estudiantes, ya que se imaginan que les voy a pagar medio pasaje por mis hijas.

En los colectivos que son de tipo popular, donde el pasaje es de $ 0,18 como lo estableció la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), esos choferes aprovechadores obligan a los estudiantes a pasar por encima del torniquete, si son varones; y si son mujeres, viran el torniquete y las hacen pasar de dos en dos, ya que los estudiantes solo pagan la mitad del valor del pasaje. Si el estudiante pasa por el torniquete y paga $ 0,13, no tiene derecho a ir sentado; el chofer arbitrariamente lo insulta y hasta maltrata físicamente para que salga del asiento, o sino lo obliga a pagar el pasaje completo, $ 0,25, que le cobran a todo pasajero como si fuera un colectivo especial.

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A más de eso, muchos transportistas tienen la costumbre de hacer el recorrido que ellos estiman conveniente, porque si ven a un vigilante por una calle, se van por otra ocasionando un caos terrible para el usuario; además, llenan el colectivo hasta llevar colgados a los usuarios en la puerta, y si algún agente los detiene, lo resuelven con pasarle un par de dólares y no son sancionados como manda la ley.

Espero que con esta queja alguna autoridad tome cartas en el asunto.

Carmen Muñoz Paredes
Guayaquil