¡Qué pena que no vi la última entrevista que le hicieron a Lucio en la tele unos periodistas que dizque hay! ¿Ustedes vieron? Claro, tienen razón, para qué iban a ver. ¡Qué aburrimiento!

Pero linda creo que ha estado, porque ha suscitado muchos comentarios tanto por la agudeza de las preguntas, cuanto por la obviedad de las respuestas. ¿O es al revés? Sí creo: por la obviedad de las preguntas y la agudeza de las respuestas. Bueno, lo mismo da.

Por ejemplo, la primera pregunta que deben haberle hecho, la de cajón, es: ¿Señor Presidente, cierto que usted, como dice el ex presidente Febres-Cordero, es cojudo? ¡Qué buena pregunta! ¡Qué inteligentes que son los periodistas! ¡Y qué oportunos! Ellos no desaprovechan una oportunidad de oro para aclarar un aspecto tan crucial, que nos mantiene a todos en la incertidumbre de saber si será o no será. Híjoles, pero la pena es que no sé qué contestaría Lucio. Tal vez ha de haber contestado que, en medio de la pasión política, Febres-Cordero se deja llevar por las apariencias y “aunque yo parezco cojudo, en realidad no soy”. ¡Qué respuesta más perfecta!

¡Ay, de gana no vi la entrevista! ¡Qué arrepentimiento que tengo! Ojalá el Oña la vuelva a pasar dentro de la Conexión Nacional, pero con otros periodistas. Y con otro presidente también porque, salvo esa respuesta tan ingeniosa, ha de haber repetido lo mismo que otras veces.

Aunque espérense un ratito, que tengo una información de última hora, vía microondas. Aguanten, que les conecto en conexión nacional para que oigan ustedes. ¿Ya? ¿Oyeron? ¡Qué bestia! El presidente Chivas (perdonarán nomás, pero hay una interferencia y no se capta bien), en plena entrevista ha apostado una caja de whisky con otra caja, y ha dicho que en Guayaquil ganará las elecciones Jimmy Jairala. ¡Qué noticia!

No pues, la noticia no es que ganará el Jairala, sino que el Presidente haya apostado por él cuando su partido de la Sociedad Patriótica tiene su propio candidato que es Felipe Mantilla. Más lo que se saca el aire haciendo campaña el Presidente para que, al final, su subconsciente le traicione. Y ahora, ¿qué dirá el pobre Mantilla? ¿Cómo se sentirá al haber sido abandonado por el Presidente?

O sea que con esta respuesta no solo se confirma que el Presidente parece sino que, además, es. Pero claro, esta es una observación gratuita porque como no vi la entrevista, puede ser que la información que llegó por microondas esté mal. Es que no le creo tan, pero tan tan al Presidente. Un poquito nomás.

Y ya. Se acabó la entrevista. La próxima les juro que veo porque no hay cómo perderse tanta cantidad de luciosideces y, encima, toditas dentro de un solo programa.