Desde los albores de la ciudad, estos negocios ayudaron a su avance y le dieron fama en otros países del mundo.

Decenas de libros que relatan las épocas primigenias de la urbe guayaquileña ofrecen testimonios del movimiento y la importancia que tuvieron para su desarrollo los aserríos y los depósitos que guardaron y comercializaron las distintas clases de madera que se usaron para la construcción de embarcaciones, casas e inmuebles afines.

Aunque ahora por el uso del cemento estos establecimientos son pocos y carecen de la prosperidad que tuvieron desde la colonia hasta más de la mitad del siglo XX, todavía el artesano   y los dueños de la residencia suntuosa o modesta emplean este material para armar y decorar una vivienda o confeccionar un mueble de adorno y uso familiar.

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Por esto último, aún se observa estos locales en diversos sectores de la ciudad que traen troncos, tablas y tablones desde provincias de recursos madereros y aquí los procesan y venden. Se habla pues, de la popular caña guadua picada y rolliza hasta de los famosos calces de mangle aserrado y labrado, y los necesarios puntales, cuerdas y varengas.

Asimismo, ponen en la memoria nombres de vegetales de abundante producción y de los que se muestran escasos y están por extinguirse  como ocurrió con otras. En esa lista de especies de antaño consta el famoso palo de balsa y en la de ahora el laurel, bálsamo, roble, guayacán, figueroa, fernansánchez,   amarillo, guachapelí, etcétera.

Muchos testimonios
Las publicaciones de EL UNIVERSO en distintas décadas del siglo anterior ofrecen un ejemplo del febril movimiento que tuvieron los aserríos y depósitos de madera que atendieron en históricos barrios como el del Astillero, a lo largo de la calle Industria (Eloy Alfaro) y en sitios por donde comenzaron los nuevos barrios de la metrópoli.

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Un breve inventario de aquellos establecimientos no puede olvidar los populares nombres de Domingo Sampietro y su depósito de maderas y canoas El Pailón; Mario Collat; F. Camilo Palomeque; Simón Savinovich, Gustavo von Buchwald; Alberto Valdez; Alfredo Valenzuela Reyna; Cavanna & Bruno, Manuel Genaro Gómez; Donato Yanuzelli; Jaime Puig Mir, hasta llegar a los contemporáneos de Wladimir Lerqué, Durini, Creart, etcétera.

Los tiempos han cambiado pero la ancestral costumbre de utilizar madera sigue arraigada en el pueblo. Hay modernos materiales para casas, muebles y utensilios domésticos, mas se añora la calidad del mangle, guayacán, laurel, etcétera, cuando disfrutamos del agradable ambiente de los muebles y de las casas viejas que conservan sus amplias habitaciones, románticas ventanas y más detalles que muestran la presencia de la madera en abierto desafío al paso de los años.

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DATOS

Para el recuerdo de los lectores, aquí unos cuantos nombres:

Cavanna & Bruno (Eloy Alfaro y Cuenca)
Carlos Gutiérrez (Eloy Alfaro y San Martín)
Depósito Central (Av. Olmedo y Chile)
Depósito de Guillermo Gilbert (Ayacucho y Chile)
Depósito Boysen (Riobamba y Quisquís)
Industrial Maderera Valdez (Chile y Manabí)
Depósito de madera El mangle, en Letamendi a lado del río.
Depósito Central de madera, de Alberto Valdez, en Chanduy No 108