El club Hyrondell
Los hermanos Muñoz arrendaron una tienda en casa de mi madre y en unión de otros aficionados formaron el círculo deportivo Hyrondell, dedicado exclusivamente a la actividad ciclística; por ser el más pequeño  a mí me designaron mascota del grupo.

Como el negocio iba muy bien, Rafael Muñoz decidió ampliar su radio de acción. Entonces alquiló una tienda en Luis Urdaneta y Santa Elena, y puso al frente de esa oficina a su esposa Isabel, que era conocida entre nosotros con el cariñoso apelativo de ‘madrastra’.

El Hyrondell original fue absorbido por una institución que se llamó Asociación Pedalística Nueve de Octubre, que al paso de los años se convirtió en la asociación del mismo nombre.

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Las pruebas ciclísticas se realizaban alrededor del parque Centenario, y conforme las categorías se fijaba el número de vueltas que debían cumplir para obtener el triunfo. En ciertos casos los deportistas daban hasta cien vueltas como parte del recorrido.

Sobresalieron en este deporte los hermanos Muñoz, el Chocho Rafael y el  Loco Reinaldo, tanto por la fuerza como por  las pruebas. Surgieron nuevos pedalistas como el Loco Lorenzo Baquerizo,  Jirafa N. González, entre muchos otros.

Tomado del libro Al compás de los recuerdos, por Alberto Guzmán Rodríguez, tradicionista guayaquileño.