El informe Duelfer, que confirma la ausencia de armas de destrucción masiva (ADM) en Iraq, supone una nueva desautorización para Tony Blair, pero no debería incidir en la política interna británica ya que hace tiempo que los electores se han creado su propia opinión, según los expertos.
"Todo el mundo ya se ha creado su opinión. Este nuevo informe no va a cambiar gran cosa en la opinión pública. Simplemente va a confirmar la opinión de cada uno", explica Roger Mortimer, analista político del instituto de sondeos Mori.
El informe de mil páginas del jefe de los inspectores estadounidenses en Iraq, Charles Duelfer, publicado el miércoles, confirma la ausencia de armas biológicas, químicas o nucleares en este país antes del inicio de la guerra en el 2003.
Afirma también que Iraq había renunciado a sus ADM en 1991 y que no tenía ni siquiera planes de fabricarlas en el 2003.
El gobierno británico justificó la guerra por la "amenaza inminente" que representaba Saddam Hussein y su arsenal, que podía ser activado "en 45 minutos".
Tras la publicación del informe, Tony Blair y su ministro de Relaciones Exteriores, Jack Straw, se encontraban lejos de la escena política londoniense: el primero en Africa y el segundo en Turquía.
En un hecho raro e ilustrativo de la situación embarazosa que vive el poder británico, ningún representante del gobierno aceptó defender la posición oficial en el programa matutino de la BBC este jueves.
Para Straw, el informe muestra que la política de aislamiento de Iraq "no funciona".
"Una vez que las sanciones habrían acabado de socavar esto en lo que estaba activamente comprometido, habría puesto sus intenciones en práctica", señaló.
Desde Etiopía, Blair opinó que este informe no hace más que confirmar su posición: "de la misma manera que he tenido que aceptar las pruebas de ausencia del arsenal de armas reales listas para ser desplegadas, espero que otros tengan la honestidad de aceptar que este informe muestra que las sanciones no funcionaban".
Sin embargo, Robin Cook, ex ministro de Tony Blair, que dimitió por su oposición a la guerra, juzgó que es "un error trágico haber optado por una invasión que parece haber estado fundada en informaciones erróneas, en lugar de dejar a los inspectores que hicieran su trabajo".
El mundo podría haber podido saber en algunos meses que Saddam no tenía ADM "dejando a Hans Blix terminar su trabajo, como quería hacer, sin lanzar una guerra en la que han muerto 10.000 personas", declaró Cook.
Tony Blair ya ha sobrevivido a numerosos aprietos sobre el embarazoso asunto de las ADM iraquíes. Sin embargo, sigue siendo el mejor situado para ganar las elecciones legislativas que podrían realizarse en la próxima primavera.
"Este nuevo informe es ciertamente embarazoso para él, pero sobre todo para la gente que ha perdido la confianza en él", estima Roger Mortimer.
"Blair no ha admitido que estuviera equivocado. Evita admitir su error, cambia sus justificaciones y busca excusas para lo que ha hecho. (Eso) no gusta a la opinión y menos a los que han perdido la confianza en él", subraya Roger Mortimer.
Por su parte, el diario Independent, que se opuso a la guerra, señala que el "informe nos deja claro que la invasión de Irak no estaba fundada en nada más concreto que en las invenciones de la imaginación febril de después del 11 de septiembre".
Pero la prensa favorable a la guerra pone el acento en las alegaciones, en el informe, según las cuales Saddam Hussein utilizó sus ingresos del petróleo para comprar influencia en el extranjero.