Me contó un amigo que tiene 20 años que trabaja en cierta entidad estatal que se siente frustrado y decaído, no solo porque el área donde  presta  servicios no guarda  relación con su nombramiento y estudios superiores, sino porque pese a cumplir con las funciones de manera responsable ha recibido injustamente severas sanciones económicas.

Angustiado, mi amigo ha solicitado la reubicación con su partida presupuestaria a otra dependencia de la institución, pero hasta el momento le han negado esa posibilidad.

Autoridades superiores de instituciones públicas, que muchas veces desconocen a fondo este tipo de cosas que suceden a su alrededor, porque lógicamente tienen asuntos más importantes que resolver, deberían intervenir y adoptar medidas pertinentes que los casos requieran, puesto que todos los servidores merecen trato digno y justo; con mayor razón si se han preparado y hecho méritos suficientes para recibir una mejor oportunidad laboral.

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Lcdo. Jhonny Muñoz Lima
Guayaquil