Los restos del futbolista brasileño Cleonicio dos Santos Silva, jugador del FC Zurich suizo hasta junio pasado y asesinado durante un asalto en la madrugada del pasado lunes en Río de Janeiro, fueron sepultados ayer en esta ciudad.

El centrocampista, que pretendía radicarse en Suiza pese a que había finalizado su contrato con el Zurich y pasaba una temporada de vacaciones en Río de Janeiro, fue despedido por sus familiares en el cementerio de Campo Grande, zona oeste de la ciudad.

Dos Santos Silva había llegado hace veinte días y pretendía viajar al estado de Paraná, donde viven su mujer y su hijo de dos años, para regresar con ellos a Suiza.

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El futbolista, que tenía 28 años, se inició como profesional precisamente en el club Campo Grande, de la ciudad donde ayer fue enterrado, antes de ser fichado en 1996 por el Atlético Paranaense, en el que jugó tres años.

Antes de su traspaso a Suiza, en el 2001, fue jugador del Botafogo de Río de Janeiro y pasó seis meses en el fútbol chino.

Dos Santos Silva fue tiroteado en la madrugada del lunes por tres hombres que intentaron asaltarlo cuando conducía una camioneta, en la que viajaba con una mujer que sufrió heridas de bala.

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Cleonicio recibió impactos de bala en la cabeza, abdomen y el brazo antes de perder el control del automóvil, que cayó a una cuneta.