Las autoridades de gobiernos nacionales y seccionales, todo el tiempo se comprometen a cambiar totalmente el sistema obsoleto, especialmente el de la educación, en el que prácticamente está demostrado que somos el país en Sudamérica que menos invierte en este campo, como resultado de su mala conducción por parte de las autoridades. Los sistemas de educación deben actualizarse y tomarse correctivos para que haya menos analfabetos, incentivar a los profesores con seminarios, concursos, becas, mejores sueldos.

Trabajo, salud y educación son los objetivos que ayudarían a lograr los cambios que el país necesita.

Se gastan ingentes cantidades en obras faraónicas, pero no se hace lo mismo con la educación, ni deben llenarse la boca con tantas promesas, sino atacar a este mal de raíz para salir del atraso.

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Ramón Sucre Méndez Paredes
Durán

Hay educadoras de escuelas rurales –como por ejemplo del recinto Naranjo, cantón Pichincha, provincia de Manabíque deben trasladarse desde Chone o desde Junín, hasta allá.

¿Imaginan ustedes la distancia que hay y el tiempo que se toman para llegar a su lugar de trabajo? Llegan los lunes y se van los jueves.

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La Ley de Educación dice que el Ministerio de Educación “procurará que los profesores en el área rural residan en su lugar de trabajo, para lo cual se preferirá, en la designación de los profesores, a personas del lugar que cumplieren los requisitos legales”.

Si en Pichincha hay muchos profesores graduados de diferentes universidades del país, ¿por qué no se los toma en cuenta? Además, las personas asignadas para trabajar en la zona rural son padres de familia que deben dejar a sus hijos y cónyuges solos, los días que dan clases en las escuelas.

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La humildad y falta de conocimiento de los progenitores de esos alumnos, han hecho que ellos se convenzan de que hasta que el sistema no se arregle, tendrán que rogar al Todopoderoso para que a sus hijos no les pase lo que a ellos, que se educaron en las mismas aulas: no recordar ni siquiera cómo es escriben sus nombres.

Debemos encontrar alternativas que solucionen la falta de una verdadera educación.

María Mercedes Alcívar Vera
Guayaquil