El cantautor argentino de nacimiento y venezolano por adopción, cautivó, el domingo pasado en la Feria de Durán,  a hombres, mujeres adultas y jovencitas que nacieron cuando el artista ganó fama en la década del ochenta.

“Quién quiere venir con nosotros”, decía Ricardo Montaner. Aquella invitación del cantante argentino-venezolano la completaba sus coristas con un “Venga para acá, venga para acá”.

El “sí” unísono era la respuesta obvia, especialmente de mujeres, desde los 15 años, que formaron parte de las 6 mil personas que el domingo pasado acudieron (con la promoción 2 por 1 boleto) al Teatro Ferias de Durán para ver su recital.

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Pero no todas podían subir al escenario para bailar la canción Conga con Montaner y seis de sus 12 músicos, a las 23h15 de aquella noche. El show, que duró dos horas, empezó a las 22h00.

Por eso, mientras la música de la Conga sonaba, Montaner pedía a quienes manejaban los reflectores que apuntaran a todos los sectores del teatro para escoger al improvisado cuerpo de baile. “A ver, por favor, enfóquenme a la chica de blusa verde, sí, venga para acá, venga para acá”, decía Montaner. Y aquella rutina de selección se repitió 19 veces más. Subieron 20 jovencitas, entre 15 y 25 años.

Era parte de show del baladista Montaner, quien también sabe cómo hacer rumbear. Por eso en su repertorio nunca faltan Cachita y Conga, que aquella noche sonaron juntas.

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Héctor Eduardo Reglero Montaner (el nombre real del artista, quien nació en Buenos Aires el 8 de septiembre de 1957) derrochó carisma y sencillez hacia su público que siempre fue recíproco con él.

Cantó, bailó, bromeó y se cambió de camisa dos veces (primero usó una verde limón, luego vistió una rosada y terminó el show con una camiseta negra).

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“Se me están acabando las canciones”, bromeó con el público mientras irónicamente volteaba decenas de páginas un cuaderno que contenía su repertorio y agregó: “Pero yo me sé algunas de Franco de Vita. ¿Cuál quieren que cante?
¿Quieren una de Gloria Stefan o de José Feliciano?”.

Él no necesitó imitar a otros. Intrepretó Qué ganas, Amarte es mi pecado, Tan enamorados, Castillo azul, La cima del cielo, que cautivaron a las mayores y a las que recién nacían cuando Montaner ganó fama  en la década del ochenta.
Entre esas jovencitas estaban las hermanas Kerby y Kristel Kalil, Gabriela Zeballos y Valeria Blacio.

En el escenario, Montaner no se limita a cantar, le gusta interactuar y sabe cómo ganarse al público con frases como “Permítanme hacer ahora lo que siempre hago cuando me levanto: agradecer a Dios por cada día y ahora por respirar el aire puro del Guayas”. Otras expresiones jocosas como “No me sé muy bien la letra de esta canción, ¿ustedes se la saben?”, mientras presentó su tema Resumiendo. O simplemente decirle al público, “si conocen esta cántenla, sino simulen que sí la saben”.

Bésame fue otra de las melodías en las que el cantante hizo participar al público: “quiero que todas las parejas que vinieron se pongan de pie y se besen, mientras termino esta canción”. Y la gente aceptó la propuesta.

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Pero Montaner no fue el único que deleitó a sus seguidores. Con él estuvieron Pedro Avilés, quien ejecutó un solo de saxofón durante Será, que el cantante interpretó sentado; Édgar Aponte, percusionista, quien también tocó la armónica y rapeó en algunas canciones.

El guitarrista Roldán Peña, el pianista José Luis Chacín y José Villasmil, bajista y director de la banda de Montaner, también destacaron.

Ojos negros (balada que se convirtió a ratos en latin pop y reggae) cerró el recital, que dejó algo claro: Montaner no pierde vigencia.

Agenda

Ayer
Los grupos nacionales Kandela y Son, Deseo. Doble Sentido y Ánghela debían presentarse anoche en su espectáculo denominado Divas de la tecnocumbia.

Hoy
Ilegales, el grupo dominicano de tecnohouse, será protagonista de la quinta jornada de espectáculos en la Feria. Las entradas cuestan 5 dólares, general; 15, tribuna; 25, Vip, y 35, Gold.