El Partido de los Trabajadores (PT) del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tiene motivos para el festejo, pero también para la preocupación, tras la primera vuelta de las elecciones municipales celebradas el domingo en 5.562 municipios del país.
 
El PT salió bien parado al duplicar el número de alcaldías que controla, gracias a un crecimiento especialmente fuerte en pequeñas ciudades y poblaciones del interior del país.
 
El partido izquierdista, según datos oficiales parciales, ganó la elección de casi 400 alcaldes, casi el doble de los 204 que tiene actualmente, logrando victorias en la primera vuelta en seis capitales de estado: Belo Horizonte (tercera mayor ciudad brasileña), Recife, Aracaju, Macapá, Rio Branco y Palmas.
 
En otras nueve capitales, de las 26 del país, el PT irá a una segunda vuelta, marcada para el 31 de octubre entre los dos candidatos más votados en las ciudades de más de 200.000 habitantes donde ninguno logró el domingo la mitad más uno de los votos válidos.
 
Pero en Sao Paulo, centro industrial y financiero y la mayor ciudad del país con casi 8 millones de electores, donde incluso Lula se involcró en la campaña para ayudar a su candidata a la reelección, la alcaldesa Marta Suplicy, el PT quedó segundo y llegará debilitado a la segunda vuelta.
 
El adversario de Suplicy será José Serra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), tonificado tras vencer a Suplicy por 43 a 35 por ciento de los votos.
 
"Marta Suplicy no llega bien a la segunda vuelta. Tiene un rechazo alto, perdió por más diferencia de la que esperaban las encuestas y va a tener dificultades. No es imposible que se recupere, claro, pero sí es muy difícil", evaluó el analista político de la Universidad Nacional de Brasilia David Fleischer.   
 
Polarización
 
La diferencia mayor a la esperada a favor de Serra -ex candidato a la presidencia derrotado por Lula en el 2002- fue tal vez la principal sorpresa que dejó la elección, que confirmó sin embargo varias previsiones de los analistas, entre ellas la polarización entre el PT y el PSDB.
 
El ex presidente Fernando Henrique Cardoso, también del PSDB y que tuvo a Serra como ministro de Salud y de Planeamiento en su gobierno (1995-2002), abrió el fuego contra el PT al sostener que tiene una actitud "muy hegemónica", por lo que consideró que "es bueno que haya una alternancia en el poder".
 
Fleischer dijo que el PSDB emerge tras la primera vuelta electoral como "el gran competidor" del partido de Lula, un ex líder sindical al que enfrentará en la segunda vuelta en varias de las ciudades donde se realizará un desempate.
 
Las elecciones municipales no pusieron en juego el liderazgo de Lula, afianzado tras la recuperación de la economía del país, pero si sirven para posicionar a las fuerzas políticas con miras a la elección presidencial del 2006, en la que se espera que el actual presidente compita por su reelección.
 
El PT es el partido que más candidatos tendrá en la segunda vuelta, pero Fleischer dijo que un eventual triunfo del PSDB en Sao Paulo dejaría a los miembros de ese partido, llamados "tucanos" (tucanes), listos para reactivar sus alianzas con agrupaciones como el derechista Partido del Frente Liberal (PFL), que ganó la alcaldía de Río de Janeiro en la primera vuelta.