La suciedad, los asaltos a cualquier hora y los malos olores son los problemas que a diario soportan los ciudadanos que utilizan el barranco cerca de la calles Calderón y Malecón, para cruzar a la parroquia El Salto.

En este sitio, a diario, los ciudadanos utilizan las canoas para trasladarse de una orilla a otra; dicho puerto o barranco está situado a unos 100 metros del Municipio y a un costado del colegio de Bellas Artes.

“Tenemos que hacer maravillas para subir y bajar por los malos olores, el botadero de basura y de animales muertos, maleza y delincuentes” explicó Wilson Urgilés , de la parroquia El Salto.

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José Vinces, dueño de una canoa, expresó que el lugar es deplorable y en invierno el terreno se torna resbaloso, pero es un medio obligado para cruzar de El Salto a Babahoyo.
Calcula que unas 500 personas usan ese sitio todos los días, porque el puente peatonal está a más de 400 metros.