“Es un trabajo notable ejecutado por  Camilo Luzuriaga, que representará bien al Ecuador en los Premios Goya. El trabajo artístico del elenco en general es bueno y en especial del femenino. La actriz hace una interpretación excelente. La ambientación, el escenario natural, están bien elegidos. Me gustó cuando baja el obispo hacia Guápulo. Considero es un gran esfuerzo de los artistas quiteños, del cual los ecuatorianos nos debemos enorgullecer.  Luzuriaga  toma su película de la novela de Juan Valdano, que conserva los mitos quiteños de la importancia del 10 de Agosto.
Lo que sí recoge, y es lo importante en cuanto a  Historia se refiere, es que ese movimiento revolucionario fue hecho por  mestizos como Morales, Quiroga y el bajo clero quiteño, finalmente traicionado por la aristocracia terrateniente y convertido en un  movimiento fidelista al rey”.

JOSÉ ANTONIO GÓMEZ ITURRALDE,HISTORIADOR, DIRECTOR DEL ARCHIVO HISTÓRICO DEL GUAYAS

A mi juicio es una cinta que enfoca el hecho histórico desde un ángulo doméstico, que nunca se había hecho. Como se basó en la obra de Juan Valdano, donde el evento histórico se lo novela, con lo cual se le permite al público tener un acceso más digerible al enfoque, la película triunfa. Tiene una feliz realización, gracias a la adaptación de una novela y no de un libro historiográfico. La parte escenográfica está muy bien lograda. Los lugares donde se filmó la película son los ámbitos reales donde se llevaron a cabo los hechos. Todo lo que es indumentaria y la participación misma de los artistas es soberbia. Tiene el nivel de otros filmes internacionales de carácter histórico que se han hecho en el pasado. Me parece un filme bien logrado en todos los aspectos: escenografía, vestuario, calidad de interpretación y la adaptación de la novela al guión.

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MELVIN HOYOS GALARZA, HISTORIADOR, DIRECTOR DE PROMOCIÓN CÍVICA DEL MUNICIPIO DE GUAYAQUIL

“Válido el esfuerzo de  Luzuriaga. Hay una intención pedagógica para mostrar en imágenes un evento histórico.  Es un filme de juegos simbólicos que obliga al espectador a una lectura atenta. Están  la triada terror-muerte-amor en medio de la convulsión social. Presenta perfiles subjetivos en dos personajes: Arredondo y Ampudia, con valores opuestos, enfrentados por  la pasión por Judit. Pone en escena  la solidaridad. También muestra cómo el arte puede retratar perfiles y subvertir, como en el retrato de Arredondo. Otros  juegos simbólicos son el sacrificio del cordero, que equivale al sacrificio de las personas, y el par cordura-locura. La demencia del marido de Judit resulta ser sana y positiva al lado de la cordura y violencia demencial de Arredondo.   Valoro la presentación de un indígena letrado por el personaje central de la obra,  Ampudia, y que a mi juicio es  Espejo”.

WILLINGTON PAREDES RAMÍREZ,
HISTORIADOR, ASESOR ACADÉMICO DEL ARCHIVO HISTÓRICO DEL GUAYAS