Doscientos cuarenta habitantes de la parroquia Febres Cordero (al suroeste de la ciudad) realizaron ayer una visita al cerro Santa Ana.

Ellos se dividieron en dos grupos. El primero acudió hasta el lugar regenerado, en la mañana. El otro lo hizo en la tarde. Ambos llegaron a las escalinatas del cerro en camionetas y  buses del Municipio.

Residentes del Santa Ana, entre niños y adolescentes, repartieron una hoja volante a los concurrentes que pertenecen a la parroquia Febres Cordero. En el papel se ilustró sobre las cuatro estaciones en las que se les daría una charla respecto a las experiencias de los habitantes del cerro, a partir de la regeneración urbana en ese sector, debido a que los moradores del suroeste contarán con un espacio similar con la reconstrucción del estero Salado.

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Lastenia Zambrano, de 69 años y habitante de Diez de Agosto y la Trece, calificó de “espectacular” al cerro Santa Ana. “No conocía este lugar luego de que se lo readecuó por la regeneración. Me parece un espacio muy colorido y turístico. Espero que cuando remodelen nuestro sector tengamos las mismas oportunidades que tienen quienes viven aquí para poner negocios. Eso nos ayudará”, agregó.

Verónica Vélez, de 18 años, moradora del Santa Ana, expresó que en el recorrido las personas de la parroquia Febres Cordero conocieron el trabajo artístico de los niños y jóvenes del cerro.

El director de Acción Social del Municipio, Roberto Vernimmen, explicó también que se les comentó de la seguridad, limpieza y acciones microempresariales de la zona y la colaboración que debe prestar la ciudadanía al desarrollo turístico.

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La hija de Zambrano, Jéssica Choez, de 33 años, opinó que cuando se regenere el estero “deseo que se puedan crear actividades como las del cerro”.