Las declaraciones de los médicos que trataron a Diego Maradona originaron un debate en Argentina, supuestamente por “violarse el secreto profesional”.

Sin embargo, los doctores dijeron que no había tal hecho porque muchos elementos quedaron reservados.

Maradona en la Clínica del Parque, de Buenos Aires, decoró él mismo la habitación con póster del Che Guevara y con un televisor de 29 pulgadas que llevaron sus hijas, Dalma y Gianinna. Tenía una bicicleta fija, pero la usó poco tiempo. A veces comía asados con otros internos que él invitaba.

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La alimentación fue un tema que preocupó a los médicos porque Maradona se las ingeniaba para convencer a los empleados y recibir raciones extras. En una ocasión ingirió una pizza, que sus familiares le llevaron.

Maradona cenaba en una de sus habitaciones y, a veces, compartía la comida con internos, dice La Nación, en la entrevista publicada el pasado 24 de septiembre.
Ahora el Pelusa está en Cuba.