Graham Greene, quien hubiera cumplido cien años hoy, es uno de los principales escritores británicos y, al mismo tiempo, un  testigo comprometido con las grandes batallas políticas del siglo XX.

La personalidad de Greene, compleja y misteriosa, es un reto para la comprensión. Su biógrafo oficial, Norman Sherry, un profesor británico que ejerce en Texas, contó que le consagró 27 años de su vida y continuó su labor hasta mucho después de la muerte del escritor, en 1991.

Católico ferviente así como mujeriego, el escritor viajó por el mundo para satisfacer su sed de aventuras y encontrar materia para alimentar sus novelas. Para ello visitó países en crisis: Vietnam, durante la guerra de Indochina; Polonia, en tiempos de la Guerra Fría; Kenya, durante la revuelta de los Mau-Mau.