Unas 200.000 personas salieron a las calles de Amsterdam este sábado para protestar por las medidas de austeridad y las reformas del gobierno de centro-derecha, en lo que constituye la mayor manifestación organizada en la capital holandesa en los últimos 20 años.
"No había habido tanta gente desde las manifestaciones contra las armas nucleares" en 1981, declaró a la AFP la portavoz de la Policía de Amsterdam, Elly Florax.
Convocados por las tres principales confederaciones sindicales del país --FNV, CNV y MHP --, decenas de miles de holandeses procedentes de todo el país se congregaron en la plaza de los museos, a dos pasos del Rijksmuseum y del museo Van Gogh, para manifestar su descontento por el proyecto de la coalición de centro-derecha en el poder.
"Es la gota que colma el vaso", "Holanda se merece algo mejor", "Trabajar más tiempo no", eran algunos de los eslóganes de las camisetas, pancartas y globos multicolores enarbolados por los manifestantes reunidos bajo un fuerte sol.
En un ambiente distendido, bomberos uniformados, profesores, jóvenes militantes de partidos de izquierda y familias se cruzaban en el césped de la explanada mientras que las calles de los alrededores estaban llenas de manifestantes.
Encantados con el éxito de esta manifestación, los sindicatos esperan que el gobierno acepte revisar sus planes.
La coalición de centro-derecha en el poder ha iniciado una reforma del sistema de prejubilación que pretende recortar beneficios y aumentar el tiempo de trabajo para merecerla. También ha promovido una reforma del sistema de ayudas y del seguro por enfermedad.
Según el gobierno, estas medidas son necesarias para relanzar una economía moribunda y para poder mantener el sistema de protección social actual.
"Me cuesta creer sus argumentos. No encuentro justa la reforma del sistema de salud en el que los que no están enfermos recibirán una compensación y los que lo están no tendrán nada, no elegimos estar enfermos", explica Paul Sonke, un psicólogo de unos 40 años acompañado por su hija.
Según los últimos sondeos, el 60% de los holandeses se opone a las reformas a pesar de que el 50% las juzga necesarias.
El ministro de Relaciones Sociales, Art Jan de Geus, dijo el viernes que está dispuesto a negociar con los agentes sociales algunos aspectos de la reforma de los prejubilados.
Después de la manifestación del sábado, el jefe de filas de uno de los partidos de la coalición, el D66 (centro), pidió al gobierno que vuelva a la mesa de negociaciones con los sindicatos.
En cambio, el responsable de los liberales del VVD, segundo partido de la coalición, criticó sin ambages a los sindicatos a los que acusa de "hacer el avestruz" ante los problemas.