Unos 40 millones de hispanos, entre ellos 16 millones de electores, se quedaron con las ganas de escuchar alguna frase alusiva a América Latina o a los inmigrantes, pues ni el presidente George W. Bush ni su oponente John Kerry se refirieron a la comunidad hispana durante su primer debate presidencial.

Entre los latinos que esperaron oír algún tópico de su región estuvo el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, de visita en Miami para participar en la Conferencia de las Américas, quien de seguro aguardaba una mención del Plan Colombia, contra la guerrilla y el narcotráfico en su país.

Igual ocurrió con centroamericanos y mexicanos, ansiosos de escuchar un proyecto de legalización para los inmigrantes irregulares, y con peruanos, ecuatorianos y  colombianos, ávidos de saber sobre el Tratado de Libre Comercio.

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Políticos de ambos partidos culparon al moderador Jim Lehrer por no preguntar a los candidatos nada sobre América Latina.

Tras el debate, en la concentración republicana, el propio Bush, presionado por la evidente decepción de los hispanos y ante la cantidad de pancartas que en español decían “Viva Bush” , dijo que solo le decepcionó “que no hubo ni una pregunta sobre Cuba” (RP)