Las obras de remodelación y embellecimiento del malecón del río Milagro han mejorado el ornato de la cabecera cantonal, pero no logran ocultar uno de sus más graves problemas: la falta de alcantarillado. Por debajo de esta infraestructura pasan decenas de tuberías que arrojan las agu as servidas a este cauce.

“Solo el 14% de la población se beneficia del alcantarillado sanitario”, admite el alcalde Iván Coello, quien asumió el cargo el 21 de agosto del 2002  tras la renuncia del roldosista Jacobo Bucaram para candidatizarse a la Presidencia de la República.

El nuevo alcantarillado tiene un costo de 71 millones de dólares, explica Coello, por lo que hay necesidad de un préstamo nacional o internacional. “El Municipio no tiene esa cantidad de dinero, el presupuesto es de 4,8 millones de dólares al año y con las recaudaciones se agregan otros 2,5 millones”, indica.

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Sin embargo, el funcionario defiende lo realizado. Asegura que se han asfaltado 1,8 millones de metros cuadrados y se han colocado 800 mil metros cuadrados de adoquinamiento  en la ciudad.

Uno de estos trabajos se realiza en la avenida Quito, una vía que tendrá cuatro carriles y que a futuro servirá para realizar los desfiles.

Pero muchos no están de acuerdo con esta obra. Manuel  Jácome, dueño de un local comercial en el sitio y que debe soportar el polvo y el ruido de la maquinaria, señala que la obra ayudará a mejorar el ornato “pero más importante hubiera sido invertir en los barrios marginales”.

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En estos últimos la falta de servicios, el abandono y la marginación son evidentes. Hay canales que en invierno se desbordan y durante el verano despiden malos olores; la basura está acumulada y las calles son de tierra.

“Nos falta casi todo, necesitamos calles pavimentadas porque en invierno esto es un lodazal”, dijo Lorenzo Quintana, de la ciudadela Unida.

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El problema de los informales, que originó violentos enfrentamientos durante la administración de Bucaram, no se ha solucionado; a lo largo de la calle García Moreno siguen instalados decenas de vendedores que impiden el normal tránsito de vehículos.

“Estamos construyendo el nuevo mercado de La Dolorosa, que alojará a 150 comerciantes que hoy están en la calle”, explica Coello.

El sistema de agua potable es deficiente. Coello indica que se debe realizar gestionar un crédito al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Sin embargo Coello dice que  “No se nos ha quedado nada pendiente de lo planificado, todo se ha hecho”.

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