Cada año, cuando se elabora el presupuesto general del Estado para ejecutar y financiar las actividades que el gobierno realizará en el próximo ejercicio fiscal, se presenta el problema del “déficit de la caja fiscal”.

Es decir, que los ingresos que recibe y recauda el Estado (impuestos, deuda pública...) no cubren los egresos planificados por el Gobierno (gastos corrientes y gastos de capital) que se registran en el movimiento de la cuenta caja (efectivo) del activo corriente del estado económico del país (balance general).

La estructura presupuestaria que para el desarrollo económico y social del país, debería ser el 60% para gastos de inversión social: educación, vivienda, salud, seguridad...; y el 40% para gastos corrientes: gastos de personal, bienes y servicios de consumo..., según lo dispuesto en la Constitución. Para un mejor control y aprovechamiento en el uso de los fondos de la caja fiscal, su movimiento anual debe ser revisado por la Contraloría del Estado, y publicado por la prensa su informe para conocimiento de la ciudadanía.

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Eco. Ángel Calderón Mayorga
Guayaquil