El sistema del voto en plancha tiene poca veracidad  ya que le da gran ventaja a los partidos de la mayoría y, sobre todo, en ciertas provincias.

Hace pocos días, una persona manifestaba que en plancha era votar por el que encabezaba la lista y el resto se beneficiaba, aunque sean desconocidos por el votante.

Asimismo, otros sistemas no solucionan el real sentimiento del ciudadano. Lo que debemos pensar es que la imparcialidad tiene que imperar en este deber de elegir bien.

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Es necesario que insistamos en el voto por orden alfabético, con los nombres de todos los candidatos, sin considerar a qué partido pertenecen, adjunto se ponen los colores y números, más la raya para formar la cruz.

No queremos gente de relleno que no tiene ni idea de sus funciones, que muchas veces va recién a aprender, y que se somete a la voluntad del dirigente sin tener personalidad en las decisiones.

Lcdo. Enrique Arteaga G.
Guayaquil

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Nuestros diputados reclaman “el derecho de las minorías” a alcanzar un escaño en el parlamento nacional o en algún concejo cantonal en las próximas elecciones.
¡Analicemos! El derecho de las minorías se refiere a que el Estado debe atender y tratar por igual a toda la sociedad, respetando grupos o comunidades minoritarias con sus tradiciones culturales, raíces étnicas, creencias religiosas o virtudes históricas, de igual forma su afinidad política (Juan Pablo II, Vaticano 1988). La ONU igualmente lo declara con el mismo espíritu.

Dentro de estos estatutos que también forman parte de los Derechos Humanos, los ciudadanos pueden elegir y ser elegidos con toda libertad. Esto lo recogen todas las constituciones. Pregunto, ¿nuestros legisladores quieren eso? ¡No! Lo que ellos buscan es únicamente un puesto más para sobrevivir políticamente.

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Estamos en un vacío que ellos (los políticos) crearon, y ahora se sienten “ofendidos”.

La derogada Ley D Hondt solo funciona cuando se vota en plancha o por partido político, porque para ello fue creada, en que se toman los votos por lista y se obtienen los cocientes, altos; aquí no hay derecho de minorías, el menos votado se queda fuera.

Los que conocemos algo de matemáticas, tenemos bien claro que si a varios números se los divide para un mismo valor, estos números mantienen sus propiedades; es decir que su proporcionalidad uno del otro no varía. Menciono esto ya que algunos siguen hablando de dividir los votos, lo que es perder el tiempo.

Pero seguro, los congresistas algo se han de inventar, así como se inventan presidente interino, sesiones extras remuneradas y otras cosas más.  La gran pregunta sería: ¿Con cuántos votos se lo reconoce como minoría? No hay nada escrito sobre esto en ningún cuerpo legal. Negar la realidad es algo de locos. El más votado es el que gana. ¿Cien es menor que cincuenta? El verdadero derecho de las minorías es que los poderes del Estado doten los servicios básicos (buena educación, salud, vivienda, trabajo, seguridad...) a todos los ciudadanos sin discriminación. Esto es algo que algunos políticos ya olvidaron.

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Julio César Navas Pazmiño
Guayaquil