Un grupo utiliza a un intendente para afectar a sus enemigos; el otro responde manipulando a un juez; este bando moviliza medios de comunicación que le son adictos; aquel influye para que los organismos de control amenacen a sus rivales; y así sucesivamente.

Son momentos en que casi ningún acto público responde a lo que dictan las leyes sino a la voluntad de grupos económicos y políticos en pugna.

En todos los ámbitos se impone el abuso, y se manipulan al antojo la Constitución y las leyes.

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Cuando los jueces honestos quisieron recomponer el orden jurídico en la Europa de la posguerra, encontraron que las leyes y las instituciones se habían corrompido tanto que casi no quedaban referentes legales a los cuales apelar, así que debieron rehacer el andamiaje jurídico casi desde su inicio. Pero los europeos tenían poderosos referentes morales sobre los cuales apoyarse para esa enorme tarea de reconstrucción: Churchill, De Gaulle, Adenauer, entre otros.

En el Ecuador de hoy, guardando las debidas distancias, hemos perdido también nuestros referentes jurídicos, pero la sociedad no encuentra aún los referentes morales que nos ayuden a superar este momento de oscuridad que atravesamos.