Sonia Balón reside desde hace dos años con su esposo, madre y cuatro hijos en  La Cascada, barrio ubicado en la zona urbana de Puerto Ayora, en el cantón  Santa Cruz de la provincia insular de Galápagos.

El terreno sobre el que se levanta su modesta vivienda  es uno de los 600 que entregó el alcalde con  licencia, Luis Alfredo Ortiz Cobos, a igual número de familias, durante sus cuatro años de administración municipal.

Y, aunque Sonia está contenta en su casa, considera que hay otras necesidades básicas en el barrio . “No tenemos calles adoquinadas, ni alcantarillado y el agua solo llega tres horas al día”, recalca. Su pedido es similar al de la mayoría de la población de esta isla de aproximadamente  12 mil habitantes.

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Ortiz, del PSC, asegura que se siente contento con su gestión porque cumplió con el 90% del plan de trabajo que propuso para el periodo 2000-2004, con un presupuesto municipal estimado en $ 3’500.000.

 “En lo que respecta a obra pública estamos empezando la segunda fase de la reconstrucción del malecón y terminando la terminal terrestre, pero no pudimos hacer Ecoparque por falta de recursos”, señala.

Destaca, además, en el aspecto educativo, el apoyo a  las universidades que en los últimos años han iniciado sus actividades en la isla, como la  de Roma, de Loja, Central y de Guayaquil.

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Lo que falta
Pero Ortiz también admite que la falta de un adecuado sistema de alcantarillado en Santa Cruz constituye un grave problema para la población y el ambiente. “En cada pozo hermético (ciego) se aplica  un químico que desintegra los sólidos, pero quedan los líquidos que se rebosan y contaminan la bahía”, dice.

Mientras dura este “plan emergente”, espera el financiamiento para un proyecto por $ 3’500.000 que prevé la construcción de piscinas de oxidación y la compra de un carro hidrocleaner que absorba y canalice las aguas servidas.

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El alcalde con licencia reconoce que la falta de empleo es, además,  una de las principales quejas de la población, lo que atribuye a la “migración descontrolada” de compatriotas desde el continente y extranjeros “que toman las pocas plazas de trabajo y dejan a  los colonos rezagados”.

Admite que en estos cuatro años su administración municipal no pudo incentivar del todo a la empresa privada por los problemas económicos internos generados por los subsidios que  encontró cuando asumió sus funciones.