¿Les gusta el box? Ah, ustedes prefieren másmejoresmente la lucha libre, o cachascán como se llama vulgarmente a esas peleas sin límite de tiempo en que todo vale: los piquetes de ojo, la triple Nelson, la doble aguja, la trituradora. ¡Qué emocionante!

Y es que ahí están los luchadores sobre el encordado, como nombran los bien cultos al ring, sacándose la perimbucha sin ninguna regla que valga ni árbitro que cuente, porque si llega el árbitro y le dice al un peliador que no le meta los dedos en los ojos al otro, porque eso no vale, el luchador deja por un rato abandonado a su contendor y le agarra al árbitro por los pelos y ¡tac!, le da un cabezazo con la cabeza y ¡pum!, le manda una patada voladora al cuello y después le pega un empujón con el codo en la nariz, hasta que le saca del ring.

¡Híjoles! Y es que, con tal de vencer, cada luchador echa mano de lo que encuentra. Claro que a veces lo único que encuentra a mano es una silla y ¡tararact!, le da un silletazo en la nuca a su oponente y le deja sentado en el K.O., para siempre.

¡Qué pena que ya no vienen esos espectáculos de lucha! Aunque, como consuelo, nosotros los aficionados podemos ver cachascán sin pagar entrada y entonces prendemos la tele y vemos cómo unos luchadores a quienes solo Dios ve porque nosotros no los podemos ver ya que están prófugos, ¡pum!, comienzan a atacar a su adversario con voladoras y piquetes de ojos y cogen la silla y ¡tac!, corren para partirle el cráneo y después se suben sobre las cuerdas y ¡zas!, desde ahí vuelan. Ay, no qué bruto, eso creo que fue en otra pelea, porque en esta ya volaron antes. A Miami, pues.

Y es que así de sucio es el cachascán, ¡qué le vamos a hacer! Por eso a este tipo de lucha se le llama también agárrate como puedas. O, más bien, agárrate lo que puedas.

¿No ven cómo quieren agarrar lo que puedan en Galápagos los otros luchadores de la Sociedad Patriótica, que usan palos y piedras para ganar la pelea? ¡Qué pelea! Todo utilizan, hasta los recursos más horribles con tal de tener control sobre las islas, que es su ring. Chuta, pero lo que más me preocupa es que así dan mal ejemplo a los pobres animalitos, que hasta ahora habían logrado mantenerse tan pacíficos. Verán nomás que ya han de haber aprendido a ser furiosos y en el próximo tour los turistas van a poder apreciar cómo las iguanas escupen igualito que los de la Sociedad Patriótica, los leones marinos arañan durísimo con los bigotes, igualito que los de la Sociedad Patriótica, y las tortugas dicen unas palabrotas en español, igualito que los de la Sociedad Patriótica que, por suerte, no son bilingües. Todavía.
¡Ya no me gustó el cachascán. ¡Horrible es! ¡No aprenderán!