El II Festival ‘Ritmos y Sabores’, organizado por Zumar, atrajo a niños y adultos de Bastión Popular.

Quienes más disfrutaron ayer del II Festival de Ritmos y Sabores, de Bastión Popular, fueron los niños y jóvenes que participaron de juegos, concursos, y presentaciones artísticas que se realizaron durante todo el día.

El evento se efectuó en el Complejo de Atención Municipal Integral (CAMI). Hasta el mediodía de ayer, ya había sido visitado por cientos de personas del populoso sector del noreste de Guayaquil.

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El evento, que el año pasado recibió a más de 3.000 personas y que en este año se aspiraba superar esa cifra, comenzó a las 10h00. El Programa de desarrollo de las zonas urbano marginales de Guayaquil (Zumar) coordinó este festival.

Desde el principio del programa se observó (como si estuviera en todas partes a la vez) a Carlos Salazar, de 21 años, miembro de la microempresa Circo de Jóvenes de Bastión Popular. Con un disfraz de payaso y la cara pintada de blanco, se las ingenió para llevar a los más pequeños al área en que se realizaron varios juegos para los niños.

Entusiasmados, los menores participaron en varias carreras de ensacados y jugaron a la rayuela y el hula-hula.

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“Cuidado con las plantas, no las pisen”, repetían, entre tanto, las guías comunitarias, que son madres de familia del sector que colaboran con Zumar en los distintos comités.

Ayer estaban encargadas de “apoyar en los juegos y revisar que se cuide todo”, dijo Ana Luz Chóez (42).

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Cerca de la entrada al CAMI estaban varias carpas, colocadas por los organizadores. Sirvieron para proteger del sol los puestos de comida.

El conocido tema de la desaparecida Celia Cruz, La negra tiene tumbao, era interpretado por la banda de la Policía Metropolitana de Guayaquil. A menos de un metro, y como haciendo honor a la letra, se movían a ese compás las hermanas Luzmila y Yolanda Ayoví.

Las dos mujeres de raza negra se las arreglaban para danzar, freír, amasar y servir los platos que ofrecían en su puesto, al precio de un dólar.

Empanadas, bolones, alitas, pechugas de pollo frito y chuzos de chorizo, todos se encontraban en el mismo puesto. Sin embargo, más acogida tuvo su especialidad: el encocado de pescado.

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“El secreto de un buen encocado es tener buenas manos, para saberlo preparar. Lleva el zumo del coco, un refrito de cebolla, tomate y pimiento, el pescado y buen limón y el ritmo y el sabor”, dijo Yolanda, sonriente.

En el Ágora del CAMI se organizaron todas las actividades artísticas. Con aplausos del público rapearon Papo y Micki-Fer, de 21 y 26 años, respectivamente. Interpretaron la canción El bellaqueo.

Enseguida se presentaron los alumnos de la Escuela de Marimba del Bloque 7 de Bastión, de niños que tienen entre 5 y 12 años.

Tanyi Mercado, de 23 años, es la directora de la Escuela y miembro de las Defensorías Comunitarias de Bastión.

Explicó que la escuela funciona desde hace un año y desde entonces –dijo– modificó el mal comportamiento que existía antes entre los niños y sus padres. “Cuidamos que no sean maltratados”, afirmó Mercado.

Además de varios zanqueros que recorrían todo el recinto, los miembros del Circo de Jóvenes participaron con sus actos de rap, en los que además de improvisar la letra, bailaron.

También cantó el niño Federico Aguilera, de 5 años. El pequeño interpretó A la sombra de mi mama, de Leo Dan, sin pista de fondo.

FESTIVAL

Comida
Los puestos de comida criolla ofrecieron encocado, arroz con menestra, fritada, hornado, humitas, guatita, chuzos y otros platos. Los precios variaban entre $ 0,30 y $ 1,00.

Presentaciones
Participaron en el festival: guitarristas, la escuela de marimba del bloque 7, el circo de jóvenes y grupos de reggae.

Juegos tradicionales
Se entregaron premios a los ganadores de concursos de palo ensebado, rayuela, carreras de cuchara y del huevo, baile de las sillas, entre otros.

Reinas
Estuvieron presentes en el evento: Ana Jacqueline Poveda y Verónica Altamirano, reina de reinas de Bastión y señorita Deportes, respectivamente.