La culminación de los trabajos de ampliación de la vía Baños-Puyo, con la habilitación de siete túneles, motivó la llegada de turistas nacionales y extranjeros. El cambio fue brusco, afirma el presidente de la Cámara de Comercio, Ismael Arcos.

En las calles de Puyo ahora hay congestionamiento vehicular; en las aceras, el movimiento de peatones es intenso; los negocios, que cada día se multiplican, presentan gran ajetreo. Los hoteles están a su máxima capacidad. Toda la ciudad soporta un ritmo incesante hasta casi la medianoche.

Así es la actual Puyo, distinta a la de hace un año pasiva ciudad que dormía temprano y se desarrollaba a ritmo lento, como el resto de poblaciones de la Amazonia ecuatoriana.

Todo cambió en el lapso de unos tres meses. La apertura de los túneles y la culminación de los trabajos en la vía Baños-Puyo hicieron que los turistas llegaran en caravanas. Eso, sumado a la apertura del denominado Acuaparque, obra municipal, la capital de Pastaza se transformó.

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“El cambio nos atrapó como un zarpazo. Fue como un salto brusco de 20 años, pero de la noche a la mañana. No estábamos preparados y ahora nos faltan hoteles, restaurantes y otros locales de servicio a los visitantes”, reconoce el presidente de la Cámara de Comercio de Pastaza, Ismael Arcos.

Las cifras que maneja esta entidad reflejan lo que sucede en la economía. A inicios del 2000 había 3.000 comerciantes. Con la apertura de la vía y el Acuaparque la cifra aumentó a 8.000 en este año y se estima que en el 2005 estén afiliados unos 10.000 socios.

La remodelada vía Baños-Puyo, totalmente asfaltada y con siete túneles que libran de recorridos por estrechos pasos al filo del abismo, permite que el viaje entre estas dos ciudades, que antes era de tres horas, se lo haga actualmente en tan solo una. Caravanas de automotores ingresan llenos de turistas, especialmente los fines de semana.

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Antes había turismo, pero solo eran extranjeros que buscaban aventuras en la selva. Hoy llegan también visitantes de distintas provincias ecuatorianas. El último fin de semana de agosto, la Cámara de Turismo informó que se registró una cifra histórica, un récord. Arribaron a la urbe 7.450 personas en solo dos días.

De esa cantidad, el 70% correspondió a visitantes nacionales y el resto, extranjeros, principalmente europeos (de Grecia, Italia, Francia) y  Asia (Egipto e India). La cifra semanal promedio es de 5.000 viajeros, muchos de ellos conocen por primera vez el Oriente ecuatoriano.

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La gerenta regional de Turismo, María Augusta Veloz, considera que el auge de visitantes precisa que las autoridades y el sector privado busquen nuevas alternativas con espacios de diversión e infraestructura turística.

El crecimiento comercial que genera el turismo ha provocado que los dueños de viviendas ejecuten adecuaciones para instalar negocios. En algunos casos, de un local se hicieron dos, mediante divisiones. La construcción de edificaciones nuevas también es la constante.

El alcalde,  con licencia, Raúl Tello, señala que el Acuaparque,  un complejo de piscinas con olas artificiales, toboganes y otros atractivos, es uno de los sitios preferidos por los visitantes. Se edificó con una inversión de 1,5 millones de dólares, que hoy se recuperan con el cobro de entradas.

Uno de los inconvenientes para quienes acuden a este complejo son las calles de acceso que son de tierra, eso causa caos en el tránsito.

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El presidente de la Cámara de Comercio señala la necesidad de organizarse entre toda la comunidad, “para prevenir la delincuencia, que puede llegar atraída por la transformación de la urbe”.