El papa Juan Pablo II abogó ayer por la paz en África y animó a los nuncios apostólicos en ese continente a seguir trabajando para que desaparezcan las tensiones y para favorecer el desarrollo de los pueblos africanos y el encuentro de esas culturas con el Evangelio.

El Pontífice así lo manifestó ante 26 nuncios (embajadores de la Santa Sede) en África, que han participado desde el pasado día 23 en un encuentro en el Vaticano para analizar la situación en el continente negro y a los que ayer recibió en audiencia.

Tras agradecerles el “importante” servicio que realizan en África, Juan Pablo II recordó al arzobispo Micharl Aidan Courtney, nuncio en Burundi, que fue asesinado el 29 de diciembre del pasado año.

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El Pontífice hizo votos para que el “heroico testimonio” del nuncio asesinado “pueda infundir renovado vigor a todos los que trabajan por la paz en Burundi y en todo el continente africano”.

El Papa manifestó que conoce el duro trabajo que realizan en medio de situaciones difíciles, “compartiendo los sufrimientos y los dramas de la Iglesia y de las poblaciones en las que vivís”.

“La Iglesia debe afrontar nuevos problemas, pero está abierta a la esperanza. Estáis llamados a ayudar al desarrollo de la comunidad eclesial”, afirmó el Papa.