La inseguridad ciudadana y la contaminación ambiental son los temas pendientes en la gestión del actual alcalde con licencia, Paco Moncayo.

Para el coronel Mario Segovia, fundador del proyecto de las Brigadas Barriales de Quito, la ciudad sigue siendo una de las más peligrosas del país. “En los últimos cuatro años la inseguridad ha crecido a un promedio de 30%”, afirma el experto en seguridad.

Segovia considera que, en este asunto, fue negativa la gestión de Moncayo, pues no se hizo lo adecuado y más bien se crearon entidades que aumentaron la burocracia. “En los barrios pobres no sirve de nada tener una cámara de Ojos de Águila (sistema de vigilancia que implementó el actual alcalde para combatir la delincuencia); no se comprendió el problema porque la clave está en buscar la participación de la comunidad organizada para que el ambiente de inseguridad se vaya”, dice.

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Celestino Disum, del Centro de Derechos Económicos y Sociales (Cdes), cree –en cambio– que se ha fortalecido el sistema de represión pues solo se entregó recursos a la Policía, pero sin un programa estructurado.

Moncayo señala que tomó con seriedad el asunto de la seguridad, a pesar de que no es función de la Alcaldía. “Hemos logrado detener el crecimiento de la violencia, nuestro plan ha logrado vincular a la comunidad en el proceso pues se ha capacitado a líderes, se ha colocado alarmas”.

Asegura que nunca ofreció que Quito iba a volverse segura. “En mi campaña dije que trabajaría con fuerza para disminuir la inseguridad y eso hice. Esa responsabilidad es de la Policía y debe ser acogida por el Gobierno como política nacional”, indica.

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Defiende el apoyo a la Policía: “Dotamos de 120 cámaras del plan Ojos de Águila, entregamos una moderna central de emergencias. Si el Municipio no hacía esto, Quito estaría en una situación desastroza”.

En el asunto de la contaminación, Javier Bustamante, presidente de Fundación Natura, sostiene que hay que solucionar el problema de los desechos sólidos, pues la basura aún no se recicla y, además, se deben crear más espacios verdes.

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“El mérito de Moncayo es que en su gestión por primera vez se construyó un relleno sanitario, El Inga, que permitió cerrar el basurero de Zámbiza; además, la calidad de aire está mejor, pues con un mayor control vehicular se disminuyó en 10% el monóxido de carbono que emanan los autos”, afirma el técnico.