La falta de solución a los problemas de dominio de la tierra, difícil acceso al crédito y falta de capacitación limitan el desarrollo de la agroindustria.

Estudios realizados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) indican que en la actualidad la agroindustria rural responde a una necesidad, ya que se convierte en una opción que permite ver esta actividad como una importante contribución a la solución de los problemas del campesinado.

En el área andina, indica el informe, existen alrededor de 800.000 unidades empresariales identificadas como agroindustrias rurales que generan directamente alrededor de dos  millones de puestos de trabajo, destacándose por su importancia en producción, empleo, y generación de valor las queserías, la molinería, la panela, los derivados de yuca, el beneficio del café y del cacao, entre otros.

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Finalmente, el informe descubre que tras los distintos diagnósticos sobre la situación de la agroindustria rural en los países de la región existen factores limitantes a su normal desarrollo, entre los cuales destacan la poca importancia dada en los ámbitos público y privado, las condiciones socioeconómicas de los campesinos relacionada con la baja capacidad de inversión y un escaso nivel educativo de los productores y operarios, la falta de visión empresarial, los costos de producción relativamente altos debido a ineficiencia en el manejo de las empresas, y débil organización de la comercialización.

Pero, en caso de que sean apoyados los proyectos, pueden verse como una gran fortaleza derivada de la posibilidad que ofrecen de aumentar los ingresos de los pequeños productores, y de crear empleos en las zonas rurales, articulándolos con la economía de mercado.  Para ello es importante   motivar y consolidar las organizaciones campesinas, implementar una mejor red empresarial de comercialización,  constituir un papel integrador de las zonas rurales marginadas que sean   mecanismos efectivos contra la pobreza rural y promover mejores productos que faciliten su entrada en los mercados, según el estudio.

Experiencia en Ecuador
Para Julio Chang, director del Programa de Modernización de los Servicios Agropecuarios (Promsa) del Ministerio de Agricultura, una de las entidades que desarrolló proyectos agroindustriales a nivel de pequeños productores, el agronegocio es una realidad para gran cantidad de grupos organizados.

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Mientras estuvo operativo el programa de transferencia de tecnología se conformaron más de 600 organizaciones de base, con el apoyo económico de  instituciones financieras y organismos de desarrollo como el PL 480, donde lograron superar en las zonas rurales las pérdidas poscosecha y llegar con productos a los mercados internacionales.

Lo importante de esto, argumenta Chang, es trabajar ahora bajo un nuevo enfoque de transferencia de tecnología, desarrollar las actividades con criterios de agricultura ampliada atendiendo todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, desarrollar un modelo participativo desde el diagnóstico, hasta la evaluación, y lograr que los servicios de transferencia de tecnología sean parcialmente financiados por los productores para conseguir sostenibilidad en el programa y que ellos tengan derecho a exigir por el servicio prestado.

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Vicente Macas, pequeño ganadero y miembro de la Unión Ganadera de Zaruma, en la provincia de El Oro, piensa que la única posibilidad de salir adelante en las zonas rurales, ahora que se habla del Tratado de Libre Comercio, es uniéndose para formar agroindustrias. “Debemos ser competitivos y la única manera es dar valor agregado a los productos, hay que producir más a menor costo. Somos 35 socios, tenemos alta producción de leche, casi todos producen quesos en forma manual; ahora queremos hacerlo con todas las de la ley,  registro sanitario, Ruc etc. Lo único que necesitamos es capacitación y un poco de ayuda económica. Si queremos salir adelante debemos tener cultura organizativa y conciencia de lo que vamos  a hacer, es difícil pero no imposible, hay que salir adelante, en las zonas rurales”, enfatizó el ganadero.

Balanza comercial
La balanza comercial del sector agroindustrial en el 2004 no registrará un saldo positivo si de aquí a fin de año no hay un repunte de las ventas de banano, conservas de pescado, cacao, flores y otros productos.

Las importaciones agroindustriales más representativas son los insumos agroquímicos, veterinarios, torta de soya, maíz amarillo y preparaciones para elaborar bebidas.

 

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