El ministro de Relaciones Exteriores, Patricio Zuquilanda, pidió hoy a la ONU que actúe con mayor decisión para buscar fórmulas que reduzcan la carga del servicio de la deuda a los países en desarrollo.
 
En su intervención en la 59 Asamblea General, el diplomático destacó también que su país es "un aliado de los Estados amantes de la paz y de la solución pacífica de las controversia. Es un país que sigue la línea del derecho y hace de la solidaridad internacional un principio".
 
Asimismo, declaró que Ecuador se opone a toda forma de discriminación o segregación, así como de colonialismo y neocolonialismo.
 
El ministro aprovechó la oportunidad para pedir a la comunidad internacional y a los organismos financieros mundiales que no pierdan de vista la grave carga que representan para los países en desarrollo el pago del servicio de la deuda.
 
"El gobierno ecuatoriano insiste en que la ONU debe avanzar con mayor decisión en la identificación de acciones específicas que tengan el propósito de reducir efectivamente estas presiones existentes", señaló.
 
El canciller también pidió ayuda a los países y organismos internacionales para que asistan financiera y técnicamente a los países receptores de refugiados e inmigrantes, como es el caso de Ecuador.
 
"Fiel a sus compromisos internacionales y a su vocación humanitaria, Ecuador ha venido recibiendo a miles de refugiados e inmigrantes colombianos y de otras nacionalidades, que han huido de su país porque su vida, libertad y seguridad económica se han visto amenazadas", declaró Zuquilanda.
 
Según cifras oficiales, Ecuador cuenta con cerca de 300.000 colombianos inmigrantes que tuvieron que huir de su país afectados por el conflicto interno.
 
Otro de los ejes de su discurso se centró en los "obstáculos persistentes" que los países industrializados imponen a los productos exportables de las naciones más pobres, en especial agrícolas.
 
Señaló que las políticas de subsidios millonarios "limitan seriamente la competencia normal entre los países, incrementan el desempleo y contribuyen a hipotecar el futuro de la educación, la salud y el bienestar de la población".
 
A su juicio, el deterioro de las condiciones de los países en desarrollo es lo que provoca un incremento de las olas migratorias hacia los centros industrializados y más ricos.
 
Al respeto, indicó que su país tiene el firme propósito de colaborar en la búsqueda de soluciones al problema, que pasan por un estricto control de la migración ilegal, así como la elaboración de acuerdos mundiales que privilegien el desarrollo de la población dentro de sus propios países.
 
"Para cumplir con este propósito, es necesaria una cooperación activa entre los países de origen y los receptores de migrantes, así como con los organismos internacionales", precisó.
 
Según Zuquilanda, la disparidad de la riqueza y de los ingresos dentro de los países, así como entre los países, sigue siendo el mayor impedimento para alcanzar el crecimiento económico y aliviar la pobreza en los países en vías de desarrollo.
 
De este modo, abogó por medidas de carácter multilateral,con planes nacionales y de cooperación internacional, que permitan frenar esta desigualdad y erradicar la pobreza.
 
En materia de cooperación, indicó que su gobierno apoya cualquier actividad que esté relacionada con la reducción de la pobreza, la gobernabilidad política y la transparencia, así como el desarrollo sostenible mediante el acceso equitativo a los recursos naturales.
 
Resaltó que las realidades que vive el mundo, con la pobreza, la disparidad económica, la inobservancia de los derechos humanos, las resolución de conflictos por medios pacíficos y el agobiante peso de la deuda externa, constituyen un germen de inestabilidad y una amenaza a la seguridad mundial.