En un estado desastroso se encuentra el sector más promisorio de Salinas: Punta Carnero, la Diablica y Anconcito, tanto en el aspecto comercial, industrial, como turístico; debido a la total desidia de las autoridades.

La vía de ingreso desde el centro comercial El Paseo hasta Puerto Aguaje, de poca longitud, siempre está con baches y a oscuras –no tiene completo su alumbrado público– y sin un trazado urbanístico.

Esa vía debería ser una avenida de cuatro carriles con parterre central, definiendo los accesos y salidas a las nuevas ciudadelas, clínicas y otros negocios que irán apareciendo a sus lados; además han habilitado otra carretera que va al pie del mar, desde Puerto Aguaje hasta la base de Mar Bravo –que está sin alumbrado– y sigue por los pozos de sal, el cementerio y exteriores del Country Club, sin definiciones urbanísticas, con gran peligro para conductores y transeúntes.

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El malecón de Punta Carnero perdió todas las palmeras y arreglos superficiales que le pusieron, no tiene aceras ni bordillos ni elementos viales que protejan a los turistas.

Parece que algunos quisieran desmejorar o frenar el desarrollo de este balneario, donde la empresa privada ha construido modernos y grandes condominios, así como residencias particulares.

Ing. Tomás Ramírez Rodríguez
Guayaquil

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Vivo en la ciudadela Milina, en Salinas, y me he referido en términos fuertes contra todo representante que olvide la máxima política “ejercer para servir”, en problemas viales, de salud, educativos, para demandar el correctivo pertinente.

Sin embargo, jamás se puede generalizar y en forma despectiva hablar de un cantón o ciudad.

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Salinas, mi ciudad, mi cantón, no es un chiquero, simplemente estamos es un estado de transformación con el insuficiente financiamiento y las interrumpidas asignaciones que el Gobierno Nacional las envía cuando le da la gana.

El botadero  que hay no es perfecto, pero es mejor el presente que aquel que existió hace años  cuando el basural llegaba casi a la carretera a Punta Carnero.
En todos los botaderos del mundo siempre hay efectos negativos al medio ambiente.

Somos un cantón relativamente limpio y así lo es mi Salinas, sin llegar a la perfección en época que no es de temporada; pero durante la temporada y las fiestas nacionales se nos hace imposible mantenerla como debe ser, pues cierta gente envía a botar la basura con sus mucamas y choferes a los barrios más pobres de nuestra población, y desde sus carros expelen por las ventanas toda clase de desechos, porque es fácil hacerlo en tierra peninsular. Algo que jamás se atreverían a hacer en sus propias ciudades.

Ing. Felipe de la Cuadra M.
Salinas

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