Tres palestinos y tres militares israelíes murieron este jueves en un ataque de las milicias palestinas contra un asentamiento judío en Gaza, mientras el primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abú Alá), aseguró que la violencia no cesará en tanto Israel no interrumpa su política de "asesinatos selectivos".
 
Los tres milicianos palestinos y los tres soldados israelíes -entre ellos un oficial- murieron en un enfrentamiento armado a la entrada del asentamiento judío de Morag, confirmó a EFE una portavoz militar.
 
Los tres palestinos trataron de penetrar en esa colonia judía, situada entre las localidades palestinas de Rafah y Jan Yunes, por un acceso secundario y aprovechando una densa niebla esta mañana en la zona, según la fuente.
 
Al ser detectados a la entrada, hacia las 06.00 hora local (04h00 GMT), los soldados apostados en el lugar abrieron fuego contra ellos y se desencadenó un tiroteo que duró cerca de una hora y en el que murieron dos de los milicianos y los tres militares.
 
La fuente agregó que junto a los dos cadáveres se hallaron dos fusiles de asalto, nueve cargadores y cuatro granadas de mano.
 
Un cuarto soldado israelí resultó herido leve y ha sido trasladado al hospital Soroka de Beer Sheva, en el desierto del Neguev.
 
El tercer miliciano, que había permanecido en una posición más atrasada y logró huir tras el primer tiroteo, murió en un segundo enfrentamiento en la zona de invernaderos del asentamiento, donde se había refugiado.
 
Un periodista del diario Yediot Aharonot resultó herido de bala en una pierna cuando se acercó al lugar de los hechos.
 
El ataque de esta mañana fue lanzado conjuntamente por tres grupos de resistencia palestina: las Brigadas de Abu Rish -milicia semi-independiente vinculada a las Brigadas de los Mártires Al -Aksa-, los Comités Populares de Resistencia y la Yihad Islámica.
 
Los sucesos en Morag seguían a una nueva incursión del Ejército israelí en el campo de refugiados de Jan Yunes, más al norte, y donde resultaron heridos una docena de palestinos a causa de un misil disparado por un helicóptero Apache.
 
La fuerza israelí, de unos 20 tanques y vehículos blindados, entró en el campo de refugiados pasada la medianoche con la intención de destruir varios inmuebles y "mejorar las infraestructuras de defensa en la zona", dijeron fuentes militares.
 
El helicóptero disparó el misil cuando daba cobertura a las fuerzas de tierra en su avance por el campo de refugiados.
 
Fuentes palestinas informaron de que la fuerza israelí, que aún se halla en el interior del campo, destruyó seis inmuebles.
 
Asimismo, informaron de que una niña de once años resultó herida de gravedad cuando soldados israelíes dispararon contra civiles.
 
Otra niña palestina, de 10 años, murió en un hospital de Gaza en el que se hallaba internada desde el 7 de septiembre, cuando sufrió heridas de gravedad en la cabeza en un incidente armado del que palestinos e israelíes se responsabilizan mutuamente.
 
Mientras, en Cisjordania, el Ejército israelí destruyó la pasada madrugada la vivienda de Zeined Ali abu Salem, la joven de 18 años que mató ayer miércoles a dos agentes de la Policía israelí de Fronteras en un atentando suicida en Jerusalén.
 
La vivienda, en el campo de refugiados Al Askar de Naplusa, había sido evacuada por la familia a última hora de ayer, en previsión de la llegada de las fuerzas israelíes.
 
El Ejército también demolió anoche la vivienda del miliciano de las Brigadas de los Mártires de Al Aksa que la reclutó, Ala Sanakra, en el vecino campo de refugiados de Balata.
 
Por otro lado, dieciséis palestinos fueron detenidos en distintos distritos de Cisjordania en las habituales redadas nocturnas que efectúa el Ejército israelí.
 
El primer ministro Abú Alá dijo esta mañana en reacción al último atentado de Jerusalén que la ola de violencia en la zona no cesará hasta que Israel ponga fin a la persecución de los dirigentes de las Brigadas de Al Aksa, milicia vinculada a su partido Al Fatah.
 
"Las Brigadas están relacionadas con Al Fatah pero nosotros no podemos frenarlas hasta que Israel no deje de perseguir a sus dirigentes y militantes para asesinarlos", dijo el primer ministro palestino en una entrevista con la radio israelí.