Los últimos reportes de la banca ecuatoriana, según la Superintendencia de Bancos, demuestran estabilidad y un ambiente favorable para el negocio del sistema financiero. Sin embargo, los sectores empresariales ven con preocupación el acceso a los créditos y el alto porcentaje de las tasas de interés.

Las cifras del organismo de control hablan de 3.808,7 millones de dólares otorgados en préstamos a cuatro grupos específicos: comercial o empresarial (60,9%),  consumo (25,6%), construcción de viviendas (10%) y para microempresas (3,5%).

Renato Carló, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas, considera que las garantías reales que exige la banca a sectores como la pequeña y mediana empresa, es demasiado alta.

Publicidad

“En Ecuador, la garantía es del 140%, cuando en otros países alcanza entre el 60% y 70%. Así, si quiero prestar un millón de dólares, debo tener $ 1,4 millones para garantizar mi crédito y es absurdo, porque teniéndolos, mejor no presto”, expresa.

Las tasas de interés, a su criterio, también limitan el acceso a créditos porque no son competitivas.  César Frixone, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, concuerda con esta postura y  sostiene que a su sector se le ofrecen tasas hasta el 15%, a lo que hay que sumarle el  3% de comisión.

Sugiere que la solución es que se incentive una política de crédito en la cual la banca de desarrollo del Estado compita con la privada.

Publicidad

El director de la  Federación de Exportadores (Fedexpor), Mauricio Peña, opina que en el último semestre sí ha visto una reducción de tasas, pero no en la medida que se requiere. “Si fuera del 5% o 6% se generaría una adecuada inversión productiva”, indica.

Víctor Hugo Caicedo, empresario de la industria papelera, cree que a pesar de que en los últimos días han bajado, “las tasas aún son altas. Hace falta flexibilizar el sistema financiero, pues la banca aún está cerrada a prestar”. 

Publicidad

A César Rohón, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, le preocupa el que la banca no llega a los sectores productivos, que a raíz de la crisis financiera dejaron de ser sujetos de crédito. “El pesquero, por ejemplo, es calificado de alto riesgo”, dice.