Los italianos tomaron un respiro el lunes del flujo de malas noticias sobre el terrorismo y los impuestos, para recordar que la diva de su cine, Sofía Loren, cumple 70 años.
 
Loren, hija ilegítima nacida en el sur de Italia, ganó un premio Oscar y se convirtió en una leyenda viviente y un símbolo de la Italia de la posguerra.
 
El diario Corriere della Sera colocó la noticia en primera plana, como para recordarle a los italianos que queda algo de la Dolce Vita (Dulce vida) en un mundo dominado por malas noticias. "Feliz cumpleaños, Sofía, leyenda de una generación", se leía en el periódico.
 
Mientras se cree que Loren está celebrando su cumpleaños tranquilamente con su familia, los italianos podrán admirar el talento histriónico de Sofía el lunes por la noche, con la exhibición de una película para televisión sobre una familia de inmigrantes, que se desarrolla en la región de Umbria y en Canadá.
 
Para los italianos, este cumpleaños no es solo una conmemoración, sino un agridulce recordatorio de que la época de oro del cine italiano de la posguerra, que ella personificó en el clímax de su carrera, ya pasó.
 
Loren ha sobrevivido a muchos de sus contemporáneos de los días en que Roma era conocida como el Hollywood en el Tíber, por ser un importante centro de producción y un imán para las estrellas cinematográficas.
 
Los directores Federico Fellini y Vittorio de Sica murieron, al igual que Marcello Mastroianni, quien fue su pareja en muchas películas.
 
Sofía Loren saltó a la fama al llevarse el Oscar a la mejor actriz con el clásico neorealista Dos Mujeres, de De Sica, en 1961. La cinta, que se desarrolla en la época de la Segunda Guerra Mundial, demostró que esta leyenda italiana no era solo una cara bonita.
 
Pasaron 38 años antes de que otro italiano ganara un Oscar por un papel protagónico. Roberto Benigni lo obtuvo en 1998 por su actuación en La vida es bella. Fue Loren quien le entregó la estatuilla.