Madonna, la diva de la música pop, concurrió a un cementerio de Jerusalén en las primeras horas de ayer para participar de una ceremonia mística a la luz de las velas junto a la tumba de un sabio judío.

La cantante acudió junto con su esposo, Guy Rotchie, al cementerio Kiriat Shaul, flanqueada por policías con fusiles de asalto, para visitar la tumba del rabino Yehuda Ashlag, autor del Sulam (escalera), un comentario sobre el texto canónico de los cabalistas, el Zohar (esplendor).

La cantante realiza una peregrinación de cinco días a Israel junto con 2.000 estudiantes de la Cábala, una tradición mística judía. Tras visitar la tumba, Madonna fue al Muro de los Lamentos, uno de los lugares más sagrados del judaísmo.

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El arribo de la artista generó frenesí entre sus fanáticos y la prensa. Madonna viene de una familia católica, pero se ha inclinado ávidamente por la mística judía en los últimos años. Ha tomado el nombre judío de Ester, lleva un hilo rojo en la muñeca para apartar el mal de ojo y se niega a actuar durante el Sabat judío.