La camioneta Nº 269 asignada a la Dirección de Salud del Municipio de Guayaquil se estrelló la madrugada de ayer contra dos inmuebles del bloque 4 la cooperativa Unión de Bananeros, del Guasmo Sur.

Cuando Olga Mendieta Cabrera, de 71 años, escuchó el estruendo a las 03h30, dijo que supuso que se trataba de ladrones tumbapuertas que habían ingresado a su hogar para robar. 

Al salir de su dormitorio encontró que la parte delantera de su casa había sido destruida, al igual que la fachada del consultorio médico que está al lado y que pertenece a Víctor Vallejo Muñoz.

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Según testigos del accidente, el vehículo transportaba a cinco personas. El chofer y quien ocupaba el asiento delantero resultaron con heridas leves por lo que fueron trasladados hasta el hospital Naval y luego dirigidos a la Prevención de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), mientras que el resto de ocupantes huyeron en un taxi.

El jefe de la Policía Municipal, general Eduardo Díaz, indicó ayer que quienes ocupaban la camioneta del Municipio pertenecen a la compañía de Seguridad OCP, que fue contratada para el cuidado de los vehículos de la institución en uno de los centros municipales, donde se las guarda.

Los perjudicados encadenaron el automotor a una de las viviendas afectadas para evitar que fuera retirado por personal municipal.

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Díaz explicó que miembros de la CTG acudieron en la mañana al sector para remolcar el carro hasta el canchón frente a la terminal terrestre, pero la acción fue impedida por los perjudicados, lo que provocó un ligero incidente.

Presley Román, de 22 años,  nieto de Olga Román, una de las perjudicadas, dijo ayer que los uniformados de la CTG llegaron acompañados por policías municipales, quienes le rociaron gas en el rostro.

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Al respecto, el general Díaz explicó que la CTG pidió ayuda a la Policía para controlar a los revoltosos y que en ese grupo llegaron los policías nacionales y municipales, pero que la situación no fue grave.

Los propietarios de ambas viviendas afectadas indicaron que el conductor de la camioneta, cuyo nombre no fue proporcionado, estaba en estado de embriaguez.

Díaz resaltó ayer que los guardias de la compañía OCP, contratada por el Municipio para cuidar sus vehículos, y que provocaron el accidente tomaron la camioneta municipal sin permiso, y dejaron abandonados sus uniformes y chalecos antibalas.

El gerente de la compañía de seguridad OCP, Víctor Ponce, acudió ayer, a las 11h10, al lugar del accidente y tras llegar a un acuerdo con los dos propietarios de las viviendas, canceló mil dólares a cada uno por los daños causados. La CTG retiró el vehículo.

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