Lo mejor que les puede pasar a los desempleados de Limones –según dicen– es una campaña política. Ahora hay trabajo para todos. Se contratan pintores, pegadores de afiches, acompañantes de los candidatos y gente para que haga presencia en la sede de los partidos.

Uno de los trabajadores que se dedica a pintar murales asegura que a él lo han buscado tres candidatos (no dice sus nombres) para que les haga el trabajo y que no hay que dejar pasar la oportunidad. “Hasta ahora me he ganado 80 dólares”, dice orgulloso.

Otros lo hacen por convencimientos. Es el caso de Adriano Coime, de 48 años de edad, que se dedica a la albañilería y que asegura no buscar ingresos para él sino el cambio que tanto anhela en su pueblo.

Publicidad

Para él, el político perfecto debe concretar tres ofrecimientos básicos: el agua potable, mejoras en las calles y los sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial.