En el barrio Mataje, de Limones (cabecera cantonal de Eloy Alfaro), no hay calles. Un laberinto de destartalados puentes peatonales sirve como vía de tránsito para los moradores de este sector.

Las casas son de madera, sin acceso a servicios básicos. La basura se la lanza directamente hacia un brazo de mar donde reposan enterrados los puntales de las viviendas. Luego se pierde en el océano llevada por la corriente.

Los puentes se mueven con el viento y el peso de las personas hace crujir los maderos.
Muchos de ellos se pudren en el fango luego de haberse quebrado debido a la vetustez.

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María Padilla, de 28 años y madre de cinco niños, camina de prisa y sin miedo de caerse.
Ella ya se acostumbró a vivir en este sector en medio de la miseria. A lo que no se acostumbra María es a las promesas electorales que cada dos años le realizan candidatos que buscan elegirse como concejales o como alcaldes de este olvidado sector.

“Yo a los políticos no les creo, siempre vienen a ofrecer obras y nunca hacen nada”, dice con resignación, mientras se apura a buscar  una funda con azúcar para terminar de preparar el almuerzo.

El menú de María ese día fue el mismo de los otros: estofado de pescado con verdes, una sopa de fideo y un fresco de naranjas. Es que en la isla de Limones no hay fuentes de trabajo, el 90% de su Población Económicamente Activa (PEA) se dedica a la pesca. El resto, trabaja en el Municipio, haciendo fletes en triciclos o en labores artesanales.

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Por ello la pobreza es extrema. No hay lógica de precios: mientras que una una cómoda fabricada en uno de los dos talleres de carpintería que hay, de un metro de largo por 60 centímetros de ancho, con seis gavetas y un espejo, cuesta 80 dólares (en las grandes ciudades llega a los 200), un almuerzo llega a costar entre 2 y 3 dólares (en Quito o Guayaquil el precio es de 1,50).

Vicente Rosero, propietario de uno de estos talleres, explica que en este poblado, la madera es barata y la mano de obra también. Todo lo contrario ocurre con los artículos de consumo masivo que se los trae desde Tumaco, Ibarra o Esmeraldas. Una libra de papas cuesta 40 centavos y la de tomate 70 centavos la libra.

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Limones es la ciudad sede del Municipio del cantón Eloy Alfaro; seis candidatos se disputan la alcaldía en un despliegue de propaganda con poco control. Ellos pelean por ganar la preferencia de las 19.652 personas que, según el Tribunal Electoral de Esmeraldas, están habilitadas para votar en ese sitio.

En la calle principal de la isla, las pancartas fabricadas en tela están de moda. “Esta es la primera elección donde se ve que los candidatos tienen plata”, dice Rosa Tenorio, quien explica que los políticos pagan a quienes asisten a las concentraciones.

Las paredes de las casas, de las escuelas y de los centros deportivos también están pintados. Los que más hacen campaña son el Partido Social Cristiano (PSC), el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), el Movimiento Popular Democrático (MPD) y la Izquierda Democrática (ID). A última hora, el partido de Gobierno empezó a colocar afiches de sus candidatos.

Según el Tribunal Provincial Electoral, cada candidato a alcalde en este cantón podrá gastar en su campaña no más de 606 dólares.

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En Borbón, el pueblo parece una gran feria ambulante. No hay calle que no esté llena de pancartas, lienzos, murales y banderas. Megáfonos, parlantes y equipos de sonidos a elevado volumen recordando a sus pobladores que “se vive una fiesta democrática”.

Lo curioso es que los candidatos a alcaldes no usan los medios de comunicación para hacerse publicidad. Es que en Limones no hay la señal de ningún canal nacional de televisión, mucho menos de las dos estaciones locales de TV que tiene Esmeraldas.

Los diarios llegan a las 15h00 y su venta es limitada debido al poco circulante que hay.

Solo cinco emisoras de radio de Esmeraldas llegan con nitidez, pero tampoco es rentable poner publicidad en ellas. La energía eléctrica se va a cada rato y en ocasiones pasan días enteros a oscuras y sin escuchar las noticias de Esmeraldas ni del país.

Por eso, la mejor táctica es la visita puerta a puerta. El pasado martes 14 de septiembre, ninguno de los candidatos a alcalde estaba en la isla.

Woswiswis Reascos, postulante de la lista 6, recorría las comunidades del río Onzole; Richard Mina, de la ID estaba en Borbón en proselitismo; Leopoldo Luque, del PRE, estaba en Esmeraldas delineando las estrategias de su campaña y Raúl Panchano del MPD, recorría las comunidades asentadas en las márgenes del río Cayapas.

De los otros dos candidatos, nadie supo decir dónde estaban ni qué hacían.