Durante media hora, la embajadora de Estados Unidos, Kristie Kenney, recorrió ayer las instalaciones del Puerto Marítimo de Guayaquil para constatar las normas de seguridad y los sistemas antinarcóticos que se aplican en la terminal.

La visita de la embajadora se realizó bajo estrictas medidas de seguridad y el circuito que cubrió durante su recorrido fue privado, sin acceso a la prensa.
Kenney indicó que era importante “ver los logros (del puerto en materia de seguridad) y cómo podemos ir colaborando en eso”.

Funcionarios de la Coalición Empresarial Anticontrabando (BASC, por sus siglas en inglés) y de la Autoridad Portuaria de Guayaquil (APG) acompañaron a Kenney durante la visita en los patios y muelles portuarios.

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José Dávila, gerente de la APG, sostuvo, luego del recorrido, que “la embajadora se ha sentido complacida con los avances del puerto en lo que se refiere a agilidad”.

El funcionario de la entidad se refirió también a las conclusiones que emitió la Corporación Andina de Fomento (CAF), que basada en una evaluación de la Universidad Politécnica de Valencia dio una baja calificación a los servicios del puerto local. “Son conclusiones de hace cuatro años, pues “hoy el puerto es más seguro, eficiente y sin ningún rasgo de corrupción”, dijo Dávila, quien consideró que la visita de Kenney “era un voto de confianza”.

La directora adjunta de la CAF en Ecuador, Constanza Calderón, sostuvo que la evaluación que se realizó al puerto de Guayaquil forma parte del programa La marca garantía, que busca mejorar la eficiencia y calidad del sistema portuario. El programa es voluntario y no obligatorio, manifestó Calderón.

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Según Dávila, Kenney ofreció dar apoyo, inclusive económico, “para la construcción de nuevas medidas de seguridad en el área de control de sustancias psicotrópicas”.

A los Estados Unidos se moviliza más del 40% de las cargas que sale del puerto de Guayaquil. Desde junio la terminal local cuenta con la certificación del Código de Protección de Instalaciones Portuaria y Buques (PIPB), que surgió después de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos.