Durante el concierto, que se realizó la noche del miércoles pasado,
Mickey Thomas y su grupo interpretaron los éxitos ochenteros
‘We built this city’, ‘Sara’ y ‘Nothings gonna stop us now’.

No eran muchos, pero cómo gozaron unas 50 personas que se acercaron al escenario para corear el clásico estribillo “We built this city, we built this city on rock and roll...” junto a Mickey Thomas, quien popularizó con su banda Starship la canción We built this city en 1985.  Eran las 23h15 del miércoles pasado. También era el mejor momento del concierto que la banda estadounidense brindó en el Gran Salón Isabela, del hotel Hilton Colón, donde acudieron unas 150 personas.

La etiqueta por la cena previa al espectáculo quedó a un lado cuando Thomas, el teclista Phil Bennet, el guitarrista Mark Abrahamian, el bajista Jeff Adams y el baterista conocido como El Pelícano, interpretaron aquella canción ochentera (consta en el disco Knee deep in the hoopla), que en 1985 vendió 4 millones de copias en Estados Unidos.

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La nostalgia de aquella década en la que el rock, el pop y el new dominaron la escena musical anglosajona, había invadido a ese grupo de seguidores (la mayoría con más de 30 años) que se acercaron al escenario para cantar We built this city con Starship.

El reloj marcaba las 23h20, la canción terminaba y Thomas coqueteó con el público con el “Gracias, buenas noches...”. Thomas sabía que debía regresar al escenario, sabía que el público le iba a pedir más. Su experiencia de 25 años con Starship le permitían percibir esa buena vibra de la gente.

Thomas volvió para interpretar Somebody to love y la repetición de la canción Nothings gonna stop us now (de la película Maniquí, parte 1, en 1987 y del disco No Protection), a petición del público.

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El concierto empezó a las 22h00 con la canción Wild again (del disco Love among the cannibals, 1989), tras la presentación que les hizo Roberto Rodríguez, de Espectar, la empresa que trajo a Starship al Ecuador. De inmediato y sin preámbulo la banda estadounidense interpretó Jane, del trabajo en estudio  Freedom at point zero, de 1979, y uno de los primeros éxitos de Thomas en la entonces Jefferson Starship (se llamó así hasta 1985).

Hasta ese momento la actitud de las 150 personas, que asistieron esa noche al salón Isabela, era fría. Quizá porque el público desconocía las canciones de Jefferson Starship, que eran más viejas (entre 1979 y 1985).

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Thomas se dio cuenta y de inmediato anunció la canción Sara, como la tercera de las 14 que formaron su repertorio para ese concierto.  Sara, que pertenece también al disco Knee deep in the hoopla, fue la primera que el público reconoció y que de inmediato empezó a animarse.

Después Thomas tomó una guitarra acústica para el sencillo Wind of change, del álbum homónimo de  1982, en la era Jefferson Starship. A esta le siguió la también clásica No way out, que pertenece al Nuclear Furniture, de 1984, el último álbum de la banda, como Jefferson Starship.

Eran las 22h30, el público era distinto al frío que se mostró durante el inicio del show. Ya estaba contagiado por el potente sonido de la batería que tocaba El Pelícano (y que a ratos opacaba el sonido del bajo que interpretaba Adams).

Otros temas que sonaron en la noche fueron: It’s not over, también del No Protection y Layin’ it on the line, también del Nuclear Furniture. Después solamente faltaban We built this city, Somebody to love  y la repetición de Nothings gonna stop us now, con las que terminó el concierto en Guayaquil.

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