Los clubes han contratado entrenadores de diferentes nacionales en el campeonato ecuatoriano de fútbol de este año.

Con la salida del argentino Jorge Solari de Barcelona, son 29 los entrenadores que han pasado por los diez equipos de la serie A del fútbol ecuatoriano durante esta temporada, con un promedio de casi tres técnicos por club.

Y aunque el adagio: “Los técnicos son víctimas de los resultados” se ha aplicado a la mayoría de ellos, entre otras razones están las crisis familiares (enfermedades de los nietos de Solari y Pedro Marchetta) y otras propuestas de trabajo, como los principales motivos que los han obligado a dimitir a sus cargos.

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De los diez equipos, Barcelona es el que más estrategas ha contratado en la presente temporada: Rubén Darío Insúa, Ricardo Armendáriz, Víctor Luna, Marchetta y  Solari, estos dos últimos expusieron motivos personales para salir, mientras que Armendáriz se mantiene como colaborador del cuerpo técnico.

De allí, Emelec, Liga de Quito, Deportivo Quito, Macará, Olmedo y Espoli van por el tercer entrenador en este año. El Nacional, Deportivo Cuenca y Aucas se mantienen con el segundo estratega de la temporada.

Solo en el caso del uruguayo Jorge Fossati y del colombiano Luis Fernando Suárez dejaron Liga de Quito y Aucas, respectivamente, para asumir las direcciones de las selecciones de Uruguay y Ecuador.

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Pero la mayoría de los entrenadores  “son presas de los malos resultados”, por lo menos así lo reconoció Polo Carrera, quien dirigió Espoli y salió cuando el equipo prácticamente había confirmado su descenso a la serie B del campeonato ecuatoriano.

“Cuando no se dan los resultados, los técnicos son los primeros en salir. Otro motivo es por la desesperación de los dirigentes en pensar que si llega un entrenador  nuevo el único objetivo es ser campeón y clasificar a la liguilla y no de esperar un relativo proceso. Los dirigentes son resultadistas”, opinó Carrera.

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Como dirigente, Eduardo Granizo, presidente de Olmedo, acepta la premisa de que los “técnicos son hijos de los resultados”, y de los dos entrenadores que tuvo al inicio de la temporada los califica de “regular a malo”, por eso decidió excluirlos del club e incluso no contratar a otro extranjero, sino que quedarse con Segundo Cirilo Montaño (que era interino) y con quien hasta el momento se mantiene invicto en la segunda etapa.

Mientras que el argentino Salvador Capitano, quien ha estado en temporadas pasadas en Emelec y Barcelona, y actualmente reside en el país, considera que uno de los motivos de la inestabilidad de los entrenadores en Ecuador es “la falta de experiencia de los dirigentes, cuando les llega el temor por algunos resultados o situaciones difíciles dentro del grupo de jugadores, la culpa recae sobre los técnicos que ellos mismos eligieron”.

Al país han llegado otros estrategas que en su carrera han sido seleccionados de sus países. Esos casos son los de los argentinos Néstor Craviotto, que dirigió al Emelec; José Basualdo, en el Deportivo Quito; Daniel Córdoba, en el Dep. Cuenca;  el colombiano Suárez, en el Aucas; Juan Carlos Oblitas (Perú), en Liga.

Los nacionales
Los entrenadores ecuatorianos ahora ya dirigen los clubes, en relación a la primera etapa del campeonato, que pedían espacios y no eran tomados en cuenta.

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Montaño está en Olmedo; Sevilla, en El Nacional; y Carlos Calderón, en Espoli. Armendáriz comparte con el argentino Juan Urquiza la dirección del Barcelona.

“Por lo menos existe la posibilidad de que los ecuatorianos dirijan en la última parte del campeonato, pero esto debe ser la apertura para que nos tomen más en cuenta en los próximos años”, agrega el estratega Carrera.