Un grupo de mudos nicaragüenses creó su propio lenguaje de signos y abrió un nuevo mundo de información lingüística, señalaron a la revista Science, de Estados Unidos, científicos internacionales que lo han estudiado.

Ese idioma de los niños nicaragüenses es absolutamente propio, pero tiene similitudes notables con otros, lo cual sugiere que ellos son los que le dan sus características fundamentales y universales por la forma en que lo aprenden, indica la revista.

“Estamos viendo la evolución en acción, pero lo que evoluciona no es un organismo, sino todo un sistema lingüístico”, manifestó Ann Senghas, de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

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La investigación se centró en una escuela de educación especial básica que el Gobierno de Nicaragua puso en funciones en 1977 y otro centro vocacional en 1981.

En el primer año se inscribieron 50 estudiantes sordomudos y el número aumentó a más de 200 en 1981. A ninguno de ellos se les enseñó a comunicarse mediante señas, pero en cuanto estuvieron juntos comenzaron a desarrollar un sistema de señales que les servía tanto dentro como fuera de la escuela.

En la actualidad hay aproximadamente 800 sordomudos nicaragüenses que utilizan ese lenguaje, de entre 4 y 45 años, dice el estudio.

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Cada niño que ingresa a esa comunidad contribuye a desarrollar el lenguaje de señas, lo que lo hace más complejo y versátil, mientras ellos conversan cada vez con mayor velocidad y fluidez.

Sin que se les enseñe, los niños automáticamente comienzan a investigar cuáles son las reglas del lenguaje en su esfuerzo por comunicarse mejor, manifestó Senghas.