Las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos que se presentan durante la edad adulta, se originan desde que la persona está en el vientre de su madre.

Según el cardiólogo Roberto Lecaro, cuando la madre no ha estado bien alimentada y trae al mundo niños de bajo peso (menor a 5,5 libras), estos sufren adaptaciones en su interior que lo predisponen a padecer –en un futuro– hipertensión, colesterol alto, diabetes y más infartos al corazón y cerebro que el resto.

Por eso, dice, los controles prenatales son decisivos durante los nueve meses de gestación.

Publicidad

En ello coincide su colega Patricia Arias. Ella afirma que en el primer trimestre del embarazo es cuando se forma el corazón del feto y que una mala nutrición, sumada a factores ambientales, podría causar alteraciones de por vida en el funcionamiento de este órgano.

El problema va desde una hipertensión a enfermedades congénitas del corazón como problemas de comunicación entre las aurículas y ventrículos.

Cuando la madre ha presentado problemas cardiacos es necesario que se someta a una ecofetal para garantizar el buen estado del corazón de su hijo. Aunque este tipo de enfermedades no son hereditarias, dice el galeno Eduardo Abril, el niño nace con una predisposición a padecerla.