Diario EL UNIVERSO publica todos los días noticias de hechos, informes y entrevistas que, como las que presentamos a continuación, nos muestran comportamientos que favorecen o desfavorecen la convivencia en los diferentes espacios de nuestra sociedad.

TRABAJO EN FAMILIA
Daniel Cochea (13 años) y Luis Eduardo del Pezo (11) pertenecen a dos de las 150 familias de la parroquia José Luis Tamayo (Muey), en el cantón Salinas, que laboran en las minas de sal del sector. Su trabajo requiere de mucho esfuerzo. Es necesario cavar una zanja para que se filtre el agua de mar hacia una pileta. Luego de que el líquido se evapora, el residuo son granos de sal que se secan para comercializarlos en el mercado.

Fausto del Pezo, padre de Luis Eduardo y dueño de una de las piletas, comenta que el trabajo es duro: “Sufrimos mucho en la etapa de lluvia porque se inundan los pozos y hay que volver a cavar y la producción se vuelve lenta por falta de sol”. Lo mismo piensan los dos chicos. “Llego cansado y sin ganas para jugar”, dice Daniel, mientras que Luis Eduardo agrega que “solo me queda tiempo para hacer los deberes”.

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VIOLENCIA FAMILIAR
Ana se presentó el 26 de julio del 2001 en la Comisaría Segunda de la Mujer y la Familia, en Guayaquil, con un moretón en el ojo y huellas de maltrato en su cuerpo. Su caso era diferente al de otras mujeres que denuncian a sus esposos por agresiones porque Ana es una niña de 7 años que fue golpeada por su padre.
En la denuncia, su madre señaló que ella también había sido maltratada por su pareja durante ocho años de convivencia.

El doctor Luis Enrique Diez, entonces director del Sistema Red de Atención al Niño Maltratado, del Innfa, explicó que estos casos son frecuentes.

A pesar de los registros, la cantidad de casos que salen a la luz es menor que la de los que suceden en realidad. Ocurre así por el miedo que sienten los menores hacia su agresor.