El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexandr Alexeyev, confirmó este martes que la cuarta ronda de negociaciones para la solución de la crisis nuclear en la península coreana no se celebrará durante este mes de septiembre, como estaba previsto.
 
"Rusia consideraba lo correcto celebrar la cuarta ronda a finales de este mes, pero por una serie de razones esto no podrá ser", declaró Alexeyev, tras reunirse con su colega surcoreano, Lee Soo-Huyck.
 
Lee desveló ayer que el resto de países participantes en las negociaciones -Rusia, Corea del Sur, EE.UU. y Japón- habían confirmado ya su presencia al país anfitrión, China, que propuso el 22 de septiembre como fecha para el inicio de la cuarta ronda.
 
A la hora de explicar este retraso, el negociador ruso aludió a la necesidad de que "haya movimiento en dos direcciones".
 
"Los principales implicados en la crisis, EE.UU. y Corea del Norte, deben mostrar paciencia, sentido común y la voluntad de alcanzar soluciones aceptables para todos", subrayó.
 
Los seis países participantes en la tercera ronda de negociaciones nucleares, que se celebró en junio pasado en Beijing, se comprometieron en su declaración final a volverse a reunir en la misma sede antes de finales de septiembre.
 
Dada la situación, según el negociador ruso, "todas las partes deben aunar esfuerzos para convocar la cuarta ronda lo antes posible".
 
"Rusia aceptará cualquier fecha que resuma el consenso de los seis países participantes", agregó.
 
Pyongyang aludió recientemente a los experimentos realizados con uranio enriquecido por científicos surcoreanos a espaldas de la comunidad internacional para reafirmar su intención de no abandonar sus ambiciones nucleares y la inutilidad de participar en la cuarta ronda de negociaciones.
 
"Los experimentos tenían fines militares. Dadas las circunstancias, es natural que no tengamos intención de suspender nuestros programas nucleares", denunciaba el sábado el portavoz del ministerio norcoreano de Asuntos Exteriores.
 
De poco sirvió que Seúl repitiera hasta la saciedad que "no dispone del potencia técnico ni de los planes de fabricar armas nucleares" y que asegurara que las actividades fueron conducidas sin el consentimiento del Gobierno.
 
El presidente del Consejo de la Federación Rusa, Serguéi Mirónov, criticó el recurso a la presión diplomática a la hora de persuadir a Corea del Norte a que abandone sus ambiciones nucleares durante un encuentro en Pyongyang con el líder norcoreano, Kim Jong-il.
 
El subsecretario de Estado norteamericano, James Kelly, representante de EE.UU. en las negociaciones, acusó hoy a Pyongyang de bloquear la reanudación del diálogo nuclear a seis bandas.
 
Washington mantiene que Corea del Norte podría disponer de una o dos bombas atómicas, varias plantas de procesamiento de uranio y plutonio, y entre 2.500 y 5.000 toneladas de armas químicas.
 
La actual crisis nuclear estalló en octubre de 2002 cuando las autoridades de Corea del Norte reconocieron a funcionarios estadounidenses la existencia de un programa nuclear secreto en violación del Acuerdo Marco suscrito por ambos países en 1994.