La cantante estadounidense Madonna cierra hoy  en Portugal su última gira mundial, pero entre los muchos caprichos que han sido revelados está el de vetar la acreditación de los medios escritos en sus dos galas lisboetas,  la primera prevista para ayer.

Solo quince fotógrafos, 13 portugueses y dos extranjeros, han sido acreditados por la empresa de management de Madonna, pero ni un solo representante de la prensa a unos conciertos con precios entre 61 y 126 euros que ponen fin a la gira Re-invention.

Una portavoz de la promotora encargada de las actuaciones  de Madonna reconoció que “es la primera vez en catorce años de trabajar en este sector en que no se acredita a la prensa  en un concierto en Portugal”, país donde la labor  periodística recibe todo tipo de colaboración.

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La cantante ítalo-estadounidense llegó el domingo a Lisboa y se alojó en un lujoso hotel, que ocupa un edificio declarado monumento nacional, a la espera de los dos conciertos, que van a ser grabados para editar un DVD de la artista.

Un famoso restaurante, del que son dueños el actor Joaquim de Almeida y John Malkovich, y una cercana discoteca han sido cerrados para que tras el concierto, Madonna y más de un centenar de componentes de su séquito celebren el resultado.