La elaboración de un diagnóstico precoz, el aumento de plazas de acogida temporales y su inscripción en la lista de enfermedades de larga duración son las nuevas medidas anunciadas ayer por el Gobierno para luchar contra el alzheimer, que afecta a 800 mil personas en Francia.

El plan pretende mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares, inmersos en una enfermedad convertida en “uno de los problemas más graves”, según el ministro de Sanidad, Philippe Douste-Blazy.