Uno de cada dos niños italianos con edades comprendidas entre los 7 y los 11 años tiene teléfono móvil, según un estudio del Instituto Eurispes dado a conocer este lunes.
 
El 36,2 por ciento de los entrevistados reconoció que utilizan su teléfono para hablar con sus amigos, mientras que el 30,7 por ciento lo usa para hablar con sus padres.
 
Son los padres quienes generalmente llaman a sus hijos para saber dónde o con quién se encuentran, un hecho que en Italia es cada vez más frecuente y que ha difundido el uso de este aparato entre los más pequeños.
 
Un 12,8 de los niños entrevistados reconoció usar su teléfono para enviar mensajes, sobre todo, a los amigos y compañeros de escuela, mientras que tan sólo el 10 por ciento tiene su móvil exclusivamente para recibir llamadas.
 
Los expertos aseguran que la extensión de este fenómeno se debe a que el teléfono móvil contribuye a la socialización de los pequeños, ya que reduce la soledad y la ansiedad, aumenta el sentido de seguridad y mantiene la cohesión entre los miembros de una familia o entre los amigos.
 
Pero el abusivo uso de estos aparatos puede tener efectos negativos en los más jóvenes, según algunos expertos, que subrayan que el espesor craneal de los menores permite una mayor penetración de las radiaciones, con lo que puede verse dañado su sistema nervioso e inmunitario.
 
Además, con el lenguaje sintético utilizado en los mensajes de texto, el léxico de los pequeños tiende a empobrecerse, por lo que muchos especialistas desaconsejan el uso de móviles a los menores de 14 años.